Luján PALACIOS

El ingeniero industrial gijonés Alberto Martínez acaba de obtener el primer premio del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte por un trabajo sobre seguridad vial en el tramo de la AS-19 entre Gijón y Avilés, a la altura del polígono industrial de Falmuria.

Martínez ya había sido seleccionado por el Consejo para desarrollar un proyecto que consiguió colarse entre los cuatro finalistas y que finalmente ha merecido el primer premio. Junto al suyo resultaron finalistas otros tres proyectos de Múnich, Ostrava y Toulouse.

El proyecto del joven gijonés tiene como fundamentos el reducir la velocidad, mejorar la seguridad y gastar poco en una zona con un tráfico complicado, con un cruce, una curva y una parada de autobús en la que «frecuentemente se producen problemas», según indica Martínez, ingeniero industrial recién licenciado. El organismo europeo buscaba en el campus a estudiantes de Ingeniería con talento, dispuestos a contribuir a atajar la siniestralidad en las carreteras, y Alberto Martínez tuvo claro que la AS-19 y su entorno industrial podían ser un buen banco de pruebas para tratar de poner en marcha medidas sencillas que induzcan a los conductores a levantar el pie del acelerador y evitar riesgos.

La solución que propone Alberto Martínez, que ha trabajado en colaboración con Claudia Alonso, prevé la señalización con elementos luminosos y la colocación de paneles de advertencia para que los conductores sepan que se acercan a un punto conflictivo. Su proyecto partió, en primer lugar, de un análisis de la velocidad media de los vehículos que transitan por la zona. Tras instalar un radar fijo que no multa, pero registra a qué velocidad pasan los coches, se ha bajado el límite de velocidad en este punto de los 90 kilómetros por hora genéricos de la vía a sólo 60.

Además, se colocaron un par de paneles informativos reflectantes de alta intensidad, bandas de alerta transversales, captafaros y «ojos de gato» en las vallas y en el asfalto, y nueva pintura.

Las estadísticas que ha elaborado Martínez establecen que se puede lograr que haya un 20 por ciento menos de accidentes con sólo una reducción del 5 por ciento en la velocidad. De acuerdo con el estudio que llevó a cabo en ese tramo, en el que analizó la velocidad de más de 50.000 vehículos, se ha conseguido una notable reducción de la marcha: de un 33 por ciento. Y por ello, su estudio ha sido merecedor de un premio que ahora abre la puerta a la aplicación de esta solución en otros tramos de parecidas características en toda Europa.