Miriam SUÁREZ

La primera mujer que consiguió matricularse en una Universidad española fue María Elena Maseras, y para poder cursar estudios de Medicina en Barcelona tuvo que contar con un permiso especial del rey Amadeo de Saboya. Fue en 1872, hace 140 años. Ayer su nombre salía a relucir en el Aula Magna de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón para recordar a las nuevas generaciones que la historia de la igualdad de sexos es corta y tiene muchos episodios por escribir.

Algunas carreras, de hecho, se siguen considerando a día de hoy fundamentalmente masculinas. Para acabar de una vez por todas con las brechas de sexo en el ámbito universitario se ha institucionalizado a nivel internacional lo que se conoce como «Girls' day». En este «día de chicas» escuelas como la Politécnica de Ingeniería abren sus puertas a las alumnas de Bachillerato para ayudarlas a elegir su futuro académico sin prejuicios de sexo.

«No hay ningún motivo para que las mujeres no puedan incorporarse al mundo de la innovación», transmitió la delegada de Igualdad de la Universidad de Oviedo a los estudiantes que ayer participaron en el «Girls' day» del campus gijonés. Carolina Martínez les dio la bienvenida junto al rector, Vicente Gotor; la alcaldesa, Carmen Moriyón; el director de la Escuela Politécnica, Hilario López, y los vicerrectores de Estudiantes e Investigación, Luis Rodríguez y Santiago García, respectivamente.

La jornada contó con la presencia de 200 alumnos, procedentes de diez institutos asturianos. Aunque los «Girls' day» están dirigidos principalmente a las chicas, el auditorio de resultó ser muy plural. «En Europa, el 12% de los miembros de los consejos de administración son mujeres. En las empresas españolas, el porcentaje baja cuatro puntos. El objetivo es llegar al 25% en 2015», expuso Hilario López.

Para mejorar las cifras, las autoridades tienen fe en las nuevas hornadas de estudiantes. «El próximo fórmula 1 de Alonso, las baterías más duraderas, el coche eléctrico... A todo eso contribuirán los futuros ingenieros», apuntó López. «En este momento económico no podemos permitirnos el lujo de prescindir del talento de las mujeres», apostilló su colega Carolina Martínez. Y, con independencia del sexo, «la formación es la única vía para progresar», sentenció el rector.

Hasta 1964 sólo una mujer se había licenciado en Peritos. La matriculación femenina en las ingenierías técnicas asturianas pasaba en 2010 al 23%; pero las cifras siguen sin corresponderse con una sociedad en la que las mujeres representan más de la mitad de la población. «Las administraciones están obligadas a poner medidas que incorporen una verdadera transversalidad de género», asume Moriyón. La Alcaldesa compartió su propia experiencia como cirujana para que los estudiantes comprendiesen que «todo es posible si creéis en vosotros mismos». También contaron sus casos Carmen Echevarría y Ana Fernández, de HC Energía; Eva Pando, del Centro Europeo de Empresa e Innovación, y Ana Pérez, de Ingenium Ingeniería y Domótica.