P. T.

El Puerto de Gijón cerró el año 2011 con unas pérdidas de 16 millones de euros, según el cierre provisional de cuentas correspondientes al citado ejercicio, tal como se comunicó ayer a los integrantes del consejo de administración de la Autoridad Portuaria. El resultado negativo está motivado, según fuentes de El Musel, «por la incorporación del resultado financiero de -13,6 millones de euros como consecuencia de la puesta en explotación de la ampliación del puerto y, por tanto, la no incorporación de gastos financieros al inmovilizado en curso». En 2010 el Puerto cerró el ejercicio con un beneficio de 10 millones de euros.

El resultado de explotación del año también registró una cifra negativa de 2.5 millones de euros, frente a los 11,2 millones de beneficios del ejercicio de 2010. Este desfase lo justifica la Autoridad Portuaria aludiendo al incremento de las amortizaciones en 11,7 millones de euros, correspondientes a la incorporación de los activos de la obra de ampliación «una vez que ésta ha empezado a generar ingresos derivados de la concesión de Enagás para la planta regasificadora y Lissan para la manipulación de carbones».

Por el lado positivo, El Musel batió en enero el récord mensual de TEU (unidad de medida de capacidad de transporte marítimo de contenedores), con 4.190, y también dobló, con 61.280 toneladas, la mercancía rodada que transporta con el servicio de la autopista del mar. Sin embargo, el puerto movió el pasado enero 960.053 toneladas, un 25,52% menos que en el mismo mes del año anterior. La contracción de la demanda afectó a la rebaja de la importación de materias primas, tanto en graneles líquidos como sólidos. El movimiento de líquidos cayó un 28,62% y un 32,85% el de sólidos, según los datos presentados ayer al consejo de administración.

Respecto a la situación en la terminal de graneles sólidos EBHISA, la Autoridad Portuaria traslado al consejo la necesidad «de financiación a corto plazo» que requiere la sociedad para hacer frente a los requerimientos de liquidez. En relación con la solicitud de concurso de acreedores presentado por Oligsa, con una deuda superior a los 10 millones de euros, la Autoridad Portuaria ha aprobado iniciar expediente de caducidad de la explotación del parque de almacenamiento de graneles sólidos de la explanada de Aboño.

También se dio cuenta al consejo de la nueva reclamación presentada por la UTE Dique Torres contra la liquidación definitiva de las obras de ampliación del puerto, por una cuantía de 350 millones de euros.

El barco que realiza los trayectos de la autopista del mar Gijón-Nantes reanudará hoy la actividad tras una paralización del servicio que ha durado 15 días para realizar labores de mantenimiento del buque en El Ferrol. Ayer comenzaron en El Musel las labores de carga de vehículos procedentes de las factorías de Renault en la comunidad de Castilla y León con destino a territorio francés.

La polémica suscitada por la parada de la línea, de la que dio cuenta este diario en exclusiva, fue uno de los asuntos discutidos en el consejo de administración del Puerto gijonés celebrado en la tarde de ayer. La Autoridad Portuaria lamenta «los perjuicios» que la paralización de la línea durante dos semanas «haya podido causar a los usuarios habituales, si bien la naviera LD Lines y su agente Suardíaz informaron con suficiente antelación a los transportistas y asociaciones», según fuentes portuarias.

Según se informó a los miembros del consejo de administración de El Musel, el convenio de explotación de la autopista del mar entre Gijón y Nantes que firmaron los gobiernos de España y Francia establece en el artículo relativo a las condiciones de las características y la calidad del servicio que la naviera «tiene derecho a la interrupción para trabajos de conservación, mantenimiento, control o reparación». Este convenio señala que la duración de la interrupción del servicio no puede ser superior a 21 días al año, según informaron ayer fuentes portuarias a la finalización del consejo.

La compañía naviera LD Lines «intentó hasta el último momento» la sustitución del buque que realiza la línea, «para que el servicio no se viera interrumpido», e intentó incorporar a la ruta otro barco que pudiera recoger la carga no acompañada (semirremolques). La naviera comunicó a la Autoridad Portuaria que la sustitución «no pudo realizarse» tanto por las características del buque propuesto como de la rampa ro-ro donde debía realizarse, «que hacían imposible la operativa de carga y descarga».