Luján PALACIOS

Doña Adela dejó huella entre sus alumnas. Tanta que algunas de ellas han decidido, pasados los años, rendir un cálido homenaje a la que fuera su maestra en los años 60, en la sección femenina del Instituto Jovellanos y después en el Doña Jimena. De hecho, la iniciativa de recordar a Adela Palacio Gros, que ejerció su magisterio en el Jimena entre los años 1962 y 1971 como profesora de Lengua y Literatura, ha nacido de las aulas del mismo centro, donde ejerce la docencia Carmen Suárez, una de sus ex alumnas.

«No era una maestra al uso, despertó en nosotras muchas inquietudes y siempre nos animó a estudiar para pensar y valernos por nosotras mismas», subraya Suárez. Por eso, y porque sus antiguas alumnas guardan un grato recuerdo de las lecciones en las que descubrieron a Alberti y a Lorca, «imponiendo en nosotras un profundo respeto siempre desde la sensibilidad», han decidido homenajearla el próximo jueves, coincidiendo con el Día Internacional de las Mujeres. Un buen día para recordar a una de ellas «adelantada a su tiempo».

Adela Palacio nació en Valladolid en 1911, aunque pronto pasó a vivir a Madrid con sus padres. Allí se licenció en Historia, en plena República y con profesores como Agustín Miyares o Claudio Sánchez Albornoz. Llegó a Asturias a principios de los años 40 para ejercer la docencia, y con ella también llegó una hermana suya, Virginia, también maestra. En 1945 se casó con Lorenzo Rodríguez-Castellano.

Las organizadoras del acto quieren juntar el jueves el mayor número posible de antiguas alumnas y tienen previsto leer varios testimonios de recuerdo a doña Adela, sus clases activas y participativas, su pasión por el valor de la educación y su apertura de miras. Cuantas más alumnas se sumen, tanto mejor.