C. J.

El maltrato a los pacientes mayores de 65 años que acuden al servicio de urgencias hospitalario se produce con mayor frecuencia en el seno familiar que el ámbito institucional. Un estudio elaborado por María del Carmen Álvarez Baza, enfermera del servicio de urgencias del Hospital de Cabueñes; Adolfo Suárez González, coordinador de la unidad de investigación clínica epidemiológica del área sanitaria V, y Guadalupe de la Riva, coordinadora del servicio de urgencias del mismo hospital, concreta que los porcentajes de positividad en violencia física sobre las personas más longevas son todavía bajos, pero alerta a los profesionales sanitarios sobre la necesidad de protocolos que permitan una detección «más rápida y eficaz» del problema.

«Los que conviven con la familia acuden más por maltrato físico, mientras que los que viven en residencias lo hacen por autolosis o agresividad», explica Álvarez Baza sobre las visitas a las urgencias hospitalarias de estos pacientes. Asimismo, señala que el maltrato a las personas mayores de 65 años que acuden a urgencias requiere de la intervención de un equipo «multidisciplinar», considerando la actuación conjunta de psiquiatras y asistentes sociales, con un seguimiento posterior desde el centro de salud de cabecera del paciente, pues consideran que éste «no debe finalizar en el ámbito hospitalario».

El estudio desarrollado en el Hospital de Cabueñes señala que los pacientes de más de 65 años que acudieron al servicio de urgencias por agresión, violencia, maltrato y contusión entre el 1 y el 30 de noviembre fueron 46. En el período comprendido entre el 1 de enero de 2004 y el 31 de diciembre de 2006 eran 19 pacientes, de los que un 52% se correspondía con casos de maltrato físico. Tres años después el porcentaje de maltrato físico en la revisión de las historias clínicas de los pacientes bajaba al 8,69%.

En la muestra analizada en Cabueñes, la mayoría de las agresiones provenía de un miembro de la familia, siendo en la mayoría de los casos un hijo, «que es la incidencia más elevada». De hecho, el estudio señala explícitamente que «la violencia física se produce con mayor frecuencia en el seno familiar». Álvarez Baza considera necesario para avanzar en la detección del maltrato en pacientes de edad avanzada la creación de un marco legal que permita concretar cuál debe ser la actitud de los profesionales sanitarios. Desarrollar una formación específica para los equipos sanitarios, así como la presencia permanente de un equipo de geriatría en las urgencias para mejorar la equidad en la atención son las otras conclusiones del informe.

Uno de los problemas detectados a lo largo del estudio realizado entre junio y noviembre de 2009 es la falta de formación en geriatría y la elevada presión asistencial en el servicio de urgencias hospitalarias, «que lleva, a veces, a una escasa tolerancia a los pacientes mayores y a un manejo inadecuado de éstos», recoge el estudio.

El documento de conclusiones añade que esta situación deriva en «un mayor consumo de recursos e ingresos más prolongados». Los profesionales que participaron en su elaboración indicaron que sería necesario mejorar su preparación en geriatría para mejorar la calidad de los cuidados a los mayores, además de contar con protocolos específicos para estos pacientes.