Javier CUARTAS / M. C.

El conglomerado empresarial mexicano Grupo Marítimo Industrial (Grupomar), propiedad del empresario asturiano Antonio Suárez firmó anteayer en Navia el contrato con el astillero Armón para la construcción en su factoría gijonesa (antigua Juliana) de un barco atunero congelador por más de 25 millones de dólares (18,86 millones de euros). La obra dará empleo en la grada gijonesa a 200 trabajadores, de los que unos 190 serán contratados directamente por Armón y el resto de empresas auxiliares, según aseguró ayer el consejero delegado de Armón, Laudelino Alperi. La construcción del buque se prolongará durante un año y medio y comenzará en abril en cuanto Armón formalice con el Banco Herrero la financiación. Una vez completado el proceso, el contrato entrará en vigor.

Las negociaciones con la entidad financiera están muy avanzadas, según manifestaron ayer el representante del astillero y el armador. La contratación de este buque es un primer paso para la reactivación de la construcción naval en la bahía de Gijón (la ciudad en la que transcurrió la infancia del empresario asturmexicano) y el primer encargo que recibe el centenario astillero Juliana desde que Armón se hizo con su propiedad en diciembre de 2010. El astillero daba empleo en 2008 a unos 800 trabajadores, entre plantilla propia e industria auxiliar. Era la época en la que estaba especializado en la construcción de quimiqueros y dragas. La construcción del atunero permitirá recuperar una parte del empleo destruído y abre la puerta a nuevos contratos de pesqueros con el mismo armador y otros mexicanos, que permitirían aumentar la plantilla en el astillero.

De hecho, fue el armador quien aseguró ayer que la construcción de este buque, que faenará con el sistema de cerco en caladeros situados en los océanos Atlántico y Pacífico, abre la posibilidad al encargo de otros dos barcos gemelos de su grupo industrial. «Estoy convencido que se va a hacer un buen barco y que éste va a ser el primero de algo más», afirmó ayer Antonio Suárez, quien matizó que sólo privaría a Gijón del contrato de esos dos barcos si el nuevo gobierno mexicano, que saldrá de las próximas elecciones en el país azteca, subvenciona la construcción de los barcos en ese país.

Además, otros dos grupos pesqueros y conserveros mexicanos tienen en proyecto dotarse de cinco buques adicionales para ampliar capacidad. Estos movimientos inversores obedecen a que el organismo internacional CIAT ha aumentado la cuota de pesca de túnidos del país norteamericano. Alguno de esos armadores han iniciado ya contactos con Armón, siguiendo los pasos de Suárez y están considerando la posibilidad de encargar al menos algunas de sus nuevas construcciones a Armón. A estas oportunidades se une el hecho de que los principales grupos pesqueros de México deberán sustituir entre 20 y 30 buques en los próximos años.

«Nuestros ingenieros siguen analizando más alternativas para abordar las nuevas construcciones y la renovación de la flota, pero este contrato con Armón puede ser un detonante. Tengo una gran ilusión en contribuir con un granito de arena a la economía de la región en la que nací», afirmó Suárez.

El buque que se construirá en Juliana tendrá una eslora de 78 metros, una manga de 13,65 y capacidad para almacenar 1.100 toneladas de pescado a 18 grados centígrados bajo cero. Tendrá una capacidad de alojamiento para una dotación de 27 personas y desarrollará una velocidad de 18 nudos. El barco estará dotado con un helicóptero y ha sido diseñado con gran capacidad de maniobrabilidad, ahorro de combustible y eficiencia energética y dispondrá de motores diesel de última generación que respetan la última normativa sobre eficiencia y emisión de gases. El barco tendrá un registro bruto de algo más de 1.500 toneladas, explicó Alperi. En su construcción se emplearán unas 2.000 toneladas de chapa gruesa de la factoría gijonesa de Arcelor.