El actual presidente de la Junta General, Fernando Goñi Merino, expresó ayer sus condolencias y destacó de Agustín José Antuña Alonso que «su trayectoria política y profesional constituye un ejemplo para todos los asturianos. Figura clave en la transición política asturiana, fue también un referente para la abogacía regional y su tarea en el ámbito de la cultura ha sido tan extensa como fructífera».

El letrado Antonio González Colunga, quien en el año 2000 sustituyó a Antuña Alonso como decano del Colegio Oficial de Abogados de Gijón, tuvo ayer un cariñoso recuerdo para el compañero de profesión, del que afirmó que «fue un gran decano para todos los abogados de Gijón. Siempre estuvo muy dedicado al Colegio aquí y en Madrid hizo un gran trabajo peleando mucho desde todos los ámbitos por los abogados de Gijón».

De su etapa como concejal en el Ayuntamiento de Gijón, en la primera Corporación, la de 1979 a 1983, tras la restitución de la democracia, Joaquín Vázquez González, que fue, junto con Agustín José Antuña, uno de los nueve concejales de la Unión de Centro Democrático (UCD), subrayó ayer que, como político, «era un hombre pragmático y con mucha experiencia en aquellos momentos en los que no la teníamos los demás». También reseñó Joaquín Vázquez de Antuña que «era amigo de sus amigos y un hombre cabal».

En la misma Corporación, que presidía el socialista José Manuel Palacio Álvarez, Carmen Veiga Porto (actualmente de nuevo edil del Ayuntamiento de Gijón), se sentaba en los bancos del PSOE y recuerda especialmente de Agustín José Antuña su empeño para recuperar para el municipio los entonces terrenos militares del cerro de Santa Catalina: «Era el líder del primer partido de la oposición y Antuña fue uno de los que, en su momento, se pusieron con el famoso contencioso del cerro de Santa Catalina, en el que puso mucho interés, pero por las cosas de la política de entonces no se le hizo demasiado caso».

De su faceta cultural, Graciano García, director emérito vitalicio de la Fundación Príncipe de Asturias, recordó ayer de Agustín José Antuña, entre otras cosas, que «hicimos muy buenas migas cuando él era presidente de la Diputación, que fue cuando nos conocimos; desde entonces mantuvimos una relación que se fue estrechando en la medida en que él fue uno de los primeros patronos de la Fundación por el cargo político que tenía». Y en la Fundación «ejerció un papel muy discreto, pero siempre con altura de miras alentando la idea del progreso de la Fundación y de la universalización de los premios».

En la foto superior, Antuña en un acto de Foro Jovellanos con Jesús Menéndez Peláez, José María Martínez Cachero y Trinidad Rodríguez. A la derecha, su retrato oficial de presidente de la Junta General. Abajo (izquierda), con Antonio González Colunga, su sucesor al frente del Colegio de Abogados de Gijón, y a la derecha, recibiendo la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort del entonces ministro José María Michavila, en presencia de Francisco Álvarez-Cascos y Mercedes Fernández.