La escena invitaba a reflexionar. Ver el paraninfo del Colegio de la Inmaculada lleno de personalidades militares de primer rango, a las que era preciso sumar otras de orden social, académico o político, no es un asunto baladí. En cualquier otra circunstancia se le hubiera dado al acontecimiento carácter de extraordinario. ¿Qué se debe colegir, pues? Que los jesuitas siguen ahí, trabajadores, discretos y silenciosos, pero su fuerza es la que es; no en vano la han ido acumulado con toda justicia a través de los siglos. En la tarde de ayer se vio; sólo han tenido que mover un dedo para convocar la excelencia. Claro que en pantalla estaba la Asociación de Antiguos Alumnos, pero es lo mismo, figure Mingo o figure Colasa, todo es jesuitas al fin y al cabo.

Dentro del ciclo de conferencias organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos, «Los retos de la Europa actual», ayer se ofrecía «El reto de la seguridad», expuesto por un ponente de postín, el general de división Juan Antonio Moliner González, que fue presentado por el comandante del Ejercito del Aire Ignacio Sánchez González, antiguo alumno del colegio (jesuitas dixit). Previamente, Antonio Pellico Fonseca, presidente de la asociación, saludó a las distintas personalidades militares, entre ellas el teniente coronel de la Guardia Civil Juan Bautista Martínez Raposo; el comandante de Marina del Principado, Juan María Fontán; el delegado de Defensa de Asturias, coronel Baldomero Argüelles; el coronel y a su vez antiguo alumno del colegio Gumersindo Baragaño; el comandante de Infantería Juan Antonio Muñiz...

El presentador, Ignacio Sánchez, comandante adjunto del escuadrón de despliegue aéreo de Zaragoza, dijo que volver al colegio después de veinticinco años era emocionante. Se refirió al general Moliner González como nacido en Candás, 1955, aunque pronto vino a vivir a Gijón, cursando el Bachillerato en el Instituto Jovellanos. Un dato -ojo, Chechu- que no debe olvidar otra asociación, la de Antiguos Alumnos del mismo. Juan Antonio Moliner González llegó a formar parte de un equipo juvenil del Sporting, por lo que se obvian los colores de su pasión deportiva. En 1977 termina sus estudios en la Academia Militar y emprende responsabilidades en diversos destinos. Es comandante en 1986, y en 1994 es nombrado ayudante de campo de su majestad el Rey. Asciende a coronel en 2001, en 2003 forma parte del Estado Mayor de la Unión Europea, y en 2008 es general adjunto de enseñanza del Ministerio del Aire. En 2010 reciben las credenciales del general de división del Ejercito del Aire. Está licenciado en Filosofía y en Ciencias de la Educación.

El señor Moliner González manifestó su permanente añoranza de Asturias. Respecto al tema de su conferencia se ayudó de imágenes, pero sus palabras siempre eran mucho más interesantes. Supo ser claro y escueto; sus explicaciones referentes a la defensa y la seguridad de la Unión Europea no dejaron dudas. Desde aquellos primeros pasos de la Unión Europea, en 1957, integrada por seis países que solían resolver por unanimidad, a los 27 miembros de 2012 que difícilmente logran consenso, los temas de seguridad y defensa también han pasado por las mismas alteraciones del sistema social. «Pero lo importante es conservar los valores conseguidos tras la II Guerra Mundial», dijo. Hubo que esperar hasta 1992, para que el Tratado de Maastrich se recogieran los compromisos de llevar a cabo la defensa de los conflictos de la UE, pero no sería hasta 1999 cuando a través del Tratado de Ámsterdam se comienza a perfilar una estructura militar para la defensa y seguridad de la Unión Europea. Su organización, su toma de decisiones, cómo se actúa en caso de crisis, qué actuaciones ha protagonizado España, completaron la interesante disertación del general Moliner González.