Pablo TUÑÓN

La organización de la «Semana negra» encara la semana sabiendo que se están jugando «los minutos de descuento» de un partido agónico. A falta de poco más de tres meses para que el festival gijonés tuviera que empezar a desplegar su frenética actividad, nadie sabe, hoy por hoy, si finalmente habrá convocatoria «negra» ni si podrá celebrarse en Gijón el vigésimo quinto aniversario de un ferial a cuyo calor la ciudad vivió días de éxito rotundo.

Con el rechazo de la organización a llevar la «Semana negra» al recinto ferial Luis Adaro, entre otras razones por la negativa del Ayuntamiento a formalizar por escrito el compromiso de que se harán cargo de cualquier posible reclamación que genere dicho emplazamiento -además de otros inconvenientes de espacio y distribución- y la desestimación de ubicar el ferial en la zona de ampliación del puerto de El Musel por las carencias logísticas que presenta, ahora ese juego se centra en torno a una propuesta «in extremis» de ocupar los espacios de Naval Gijón. La propuesta, entendida más como un intento desesperado que otra cosa, la plantearon miembros de la organización de la «Semana negra» y desde el Ayuntamiento se obtuvo un «habrá que ver».

Pero en tanto se ven o se dejan de ver las posibilidades reales de ocupar un espacio que pertenece a la Autoridad Portuaria y Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad en Reconversión), ya se ha hecho evidente la negativa vecinal que van a encontrarse los munícipes. Emilio Rodríguez, presidente de la Asociación de Vecinos «Pando» de Poniente, se echaba las manos a la cabeza sólo de pensar en esa posibilidad: «No sé ni qué pensar. Son ocurrencias que no parecen propias más que de un niño de 5 o 6 años. Están dando palos de ciego», sostiene. Para Rodríguez, quienes tienen claro que la «Semana negra» no se puede llevar al recinto ferial por los problemas legales que plantea la sentencia de la comunidad «La Gacela», que obliga a una distancia de 500 metros, deberían tener más que patente que «Naval Gijón tiene las fachadas a 10 metros. Hay un escrito de la anterior Corporación comprometiéndose a que la "Semana" no volvería a Poniente; digo yo que seguirá teniendo validez... Y si hay que ir por vía judicial como otros, iremos». Por su parte, Álvaro Tuero, presidente de la Asociación «Atalía» del Natahoyo, se mostró menos reacio a dar por válido ese emplazamiento «con tal de que no desaparezca la "Semana negra"; aunque tengo claro que donde tenía que estar era en el campus, con un espacio definitivo». Tuero asegura que lo que nunca aceptará su asociación es que se vuelva a ocupar El Arbeyal, porque «se ocupa la playa y se destroza el arenal».