M. S.

El gobierno cerraba el viernes su larga y a veces tensa negociación con los responsables de la «Semana negra». Pero aún tiene que superar el frente vecinal que se abre en Poniente y El Natahoyo. Cada vecindario tiene su posición, pero ambos comparten la reivindicación de que «se lleve a rajatabla» todo lo relacionado con la seguridad, la limpieza y los ruidos.

La «Semana negra» ocupará 40.000 metros cuadrados de terreno portuario, a los que se podrá acceder desde El Natahoyo y desde Poniente, donde ya se da por hecho que «vamos a sufrir molestias». La titularidad de esta lengua de tierra está repartida entre la Autoridad Portuaria de Gijón y Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión). En principio, no habría ningún problema ni técnico ni jurídico para utilizar esta vieja zona industrial como escenario del certamen que el escritor asturmexicano Paco Ignacio Taibo II lleva organizando en la ciudad desde hace 24 años.

El hecho de que el festival celebre sus bodas de plata junto a Naval Gijón no resquema a todos por igual. Es más, para la plataforma empresarial que agrupa a los hosteleros de Poniente, Fomento y Laviada, este evento se presenta como una forma de revitalizar la zona, que no acaba de despegar pese a su ubicación privilegiada. «No obstante, nosotros entendemos a los vecinos y apoyamos su petición de que se extremen al máximo la seguridad, la limpieza y las exigencias en materia de ruidos», puntualizaron los portavoces del colectivo, que también quieren participar en las reuniones que convoque el Ayuntamiento para limar asperezas con el entorno de la próxima edición de la «Semana negra». «Para nosotros, sin duda, sería bueno. Pero a los vecinos hay que compensarlos por el sacrificio», defienden.