R. GARCÍA

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron la pasada semana a un hombre de 49 años de edad acusado de perpetrar tres atracos a punta de pistola en la ciudad. El arrestado utilizaba como arma una pistola detonadora sin posibilidad de funcionar con cartuchería convencional y ocultaba su rostro con gorras, pañuelos y pasamontañas.

El primer delito que se le imputa al acusado tuvo lugar el día 17 en la calle Ezcurdia. El arrestado asaltó entonces a una vecina de la ciudad a la que robó los 25 euros que acababa de sacar del cajero después de amenazarla con el arma de fuego que portaba. Poco después, el día 21 alrededor de las tres de la tarde, el atracador abordó a los responsables de una peluquería situada en el barrio de La Arena. El encargado del negocio le dio al agresor los 150 euros que tenía en esos momentos en la caja registradora. El tercer delito tuvo lugar dos días más tarde. En esta última ocasión el atracador amenazó a los trabajadores de una farmacia situada en la calle Gregorio Marañón y una clienta que en esos momentos se encontraba en el establecimiento.

Las víctimas de estos asaltos aseguran que el ahora detenido «se mostraba siempre muy contundente en sus amenazas». Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) comenzaron las investigaciones fijando su vista en los delincuentes con antecedentes penales que en otras ocasiones habían actuado de forma similar. De esta manera, y ayudados por las descripciones físicas aportadas por las víctimas, los funcionarios lograron localizar al agresor, un vecino de la ciudad con antecedentes por robos con violencia y malos tratos en Madrid y Gijón. Los agentes habían arrestado en el 2009 al acusado en Avilés por cometer dos asaltos a punta de pistola de similares características a los realizados en Gijón.

La Policía Nacional localizó al acusado cuando salía de su casa vestido «de forma similar a la aportada por los testigos» y armado con la pistola que utilizaba en los asaltos. Al percatarse de la presencia policial, el ahora detenido trató de deshacerse del arma de fuego arrojando la pistola envuelta en un pañuelo en un contenedor cercano a su domicilio.