R. V.

«Dedicar todos sus esfuerzos exclusivamente a la preparación de la XXV Semana negra». Ése es el compromiso público explicitado ayer por la junta directiva de la asociación Semana Negra en un comunicado firmado por su presidenta, Susana Quirós, destinado a cerrar filas alrededor de los actuales organizadores del evento ante las fisuras internas existentes en el entramado de personas que desde hace años se vinculan al evento y las críticas de veteranos colaboradores. Esta asociación es la impulsora privada de la organización del popular evento, que cuenta año tras año con patrocinios de empresas y el apoyo económico de administraciones públicas, fundamentalmente el Ayuntamiento de Gijón.

El largo y complejo proceso negociador con el nuevo gobierno local de Foro Asturias para garantizar la pervivencia del festival multicultural, que finalmente se celebrará en los terrenos de Naval Gijón a principios del mes de julio, la vinculación de una parte del equipo gijonés a la puesta en marcha en Avilés del certamen Celsius y la ausencia de Paco Ignacio Taibo, que ha dejado el control directo del festival para centrarse en su participación en las elecciones presidenciales mexicanas, han acabado por generar a lo largo de los últimos meses tensiones y bajas entre los habituales de la «Semana negra».

Taibo, que durante los últimos 24 años ha estado de manera muy directa al frente de la «Semana negra», se ha dedicado estos meses a la vida política de México en la candidatura a la Presidencia del Gobierno que lidera Andrés Manuel López Obrador. Los organizadores locales del evento gijonés cuentan con su presencia en el festival y su apoyo en la dirección literaria del encuentro, pero desde hace meses gestionan directamente el resto de los aspectos del encuentro. A todas las citas con los responsables del gobierno municipal ha acudido el gerente, José Luis Paraja, acompañado, según la ocasión, por Ángel de la Calle, Ángel Terán o la propia Susana Quirós.

La presidenta de la asociación recalcaba ayer que los interlocutores que tuvo el gobierno municipal en estas negociaciones siempre han contado con «la autorización absoluta y la plena confianza» de la junta directiva. De hecho, a principios de marzo hubo una reunión entre el equipo negociador y la junta directiva para valorar la situación y establecer una estrategia de futuro. La «Semana negra» optó por dar un ultimátum al Ayuntamiento, que se cumplió con éxito el viernes previo a las elecciones autonómicas.