R. GARCÍA

El último de los cinco detenidos acusados de participar en un secuestro supuestamente causado por deudas pendientes en asuntos relacionados con el narcotráfico, un gijonés de 29 años de edad, quedó ayer en libertad con cargos tras declarar ante la juez de instrucción encargada del caso. El arrestado huyó, según la Policía, con un cargamento de cinco kilos de marihuana valorado en 15.000 euros que tres leoneses les habían vendido a él y a su socio, otro vecino de la ciudad que fue secuestrado el pasado viernes por los tres traficantes, que exigieron a la familia del rehén el dinero de la droga.

El último detenido negó ante la magistrada de instrucción ser el responsable de los delitos contra la salud pública que le imputa la Policía asegurando que no había recibido los cinco kilos de marihuana que supuestamente le entregaron los tres traficantes leoneses.

El caso, que salió a la luz pública ayer, tuvo lugar el pasado viernes. Los tres leoneses acudieron a Gijón a ver a uno de sus clientes a primera hora de la mañana con el objetivo de retenerle hasta que consiguieran recaudar al menos la mitad de los 15.000 euros que los dos asturianos les debían por la marihuana. El padre del rehén intentó en un primer momento reunir el dinero, aunque, al ver que no lo conseguía y ante el temor de que los captores le hicieran algo a su hijo, finalmente solicitó la ayuda de la Policía Nacional.

Los captores quedaron con el padre del secuestrado a las diez de la noche en una conocida cafetería situada en la calle Pintor Manuel Medina, en el barrio de Contrueces, para realizar el cambio del rehén por el dinero acordado. En el lugar de los hechos se estableció minutos antes de la cita un importante operativo policial gracias al cual se pudo detener a los presuntos captores. Dos de los acusados fueron arrestados en las inmediaciones del establecimiento de hostelería de Contrueces, mientras que el tercero consiguió huir de la zona a bordo de un coche de alta gama que posteriormente sería localizado por la Guardia Civil en la localidad de Pola de Lena. En la operación policial intervinieron además varios negociadores de la Comisaría de El Natahoyo expertos en este tipo de situaciones. Los agentes indicaron al padre del secuestrado en todo momento lo que tenía que decirles a los captores para poder recuperar a su hijo, que posteriormente sería detenido acusado de un delito contra la salud pública en su propio domicilio.

Los dos vecinos de León, de 30 años de edad, acusados de vender estupefacientes a los gijoneses, así como de un delito de atentado contra agente de la autoridad y de otro de retención ilegal, ingresaron en prisión tras pasar a disposición judicial. Con la declaración del último detenido se cierra un caso que ahora será investigado por la magistrada de instrucción Ana López Pandiella y que posteriormente pasará a una de las salas de lo penal de la ciudad.