Tampoco hubo suerte para Nuestra Señora de la Soledad -en la imagen de la izquierda-, que tuvo que quedarse bajo la protección de los muros de la iglesia de San Pedro al suspenderse la madrugadora procesión de la Soledad de María que había convocado, como todas las mañanas de Sábado Santo en la ciudad, a decenas de fieles en Cimadevilla. La lluvia obligó a suspender la salida de los pasos de Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista. Aunque el recorrido es breve -de San Pedro a la capilla de la Soledad, pasando por algunas de las calles más singulares del barrio histórico gijonés-, no había garantías de que el cielo diese una tregua a cofrades y hermanos de las tres entidades -en la imagen de la derecha, un grupo de ellos, en la iglesia de San Pedro- que se vinculan a la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales, Parroquia Mayor.