R. V.

-¿Qué ha sido lo mejor, y lo peor, de este tiempo de gobierno de Foro en la ciudad?

-Lo peor es el sectarismo que mantiene en la relación con los grupos municipales y cuyo ejemplo más claro fue, precisamente, nuestra exclusión de los consejos de administración de las empresas municipales pero que se ve también en su política de comunicación, de protocolo... Es un gobierno llevado por el sectarismo y la poca altura de miras. ¿Lo mejor? La expectativa de algo nuevo. Aunque no guste, es verdad que remueve determinados elementos que después de un gobierno de treinta años habían quedado anquilosados. Trajo un cierto aire de cambio, aunque, desde luego, no es el cambio que le hubiera gustado a IU que viniera. Justo al contrario.

-¿Está marcando Foro Asturias desde el gobierno municipal un cambio en la idiosincrasia de Gijón?

-Me gustaría pensar que no, porque soy de los que piensan, en terminología marxista, que la esencia de una ciudad no depende del gobernante de turno sino de algo mucho más profundo que tiene que ver con las distintas relaciones sociales. Este gobierno municipal, que va a ser una auténtica ave de paso -porque durará, si dura, cuatro años, nada más-, no va a hacer cambiar la esencia de Gijón, que es una ciudad reivindicativa, popular, participativa, protestona... Ese ser esencial de Gijón que la diferencia dentro de Asturias y que hace que todo el mundo reconozca a alguien de Gijón no lo va a destruir un poder municipal, por mucho que se empeñe. Y yo estoy convencido de que el actual es un ave de paso en la política municipal.

-Usted parece haber incluido entre sus labores de oposición la petición constante de comparecencias en el Pleno del concejal Carlos Rubiera. ¿Qué tiene Carlos Rubiera que es tan importante para usted?

-Para lo bueno y para lo malo ha sido la persona que marca el estilo de gobierno de Foro en esta ciudad. El desmontaje cultural que él, o su equipo, pretende llevar a cabo en esta ciudad es evidente. Ahora volvemos otra vez con los problemas de la «Semana negra», pero también fue el festival lírico, el Festival Internacional de Cine, todo lo que tiene que ver con el Museo de Tabacalera... Ha sometido a parálisis la política cultural de la ciudad. Y no digamos la educativa, que también depende de él. La red municipal de escuelas de 0 a 3 años es uno de los servicios más apreciados por el conjunto de los gijoneses y nunca había dado un problema hasta que llegó él. Su concejalía todo lo abarca y todo lo ahoga, y él es uno de los concejales que mayor sello están imprimiendo al gobierno municipal. Un sello, en muchas ocasiones, muy negativo, porque en estos diez meses se metió en todos los charcos. Pero prometo (risas) que no he pedido su comparecencia para este Pleno.