Luján PALACIOS

Están llamados a ser afortunados, porque entre sus filas no cunde el paro. Los ingenieros informáticos son escasos en Asturias, tal y como apuntan los responsables de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, y por eso su director, Hilario López, se ha propuesto dar a conocer esta profesión entre los más jóvenes, aquellos que aún no han decidido su futuro profesional.

Con este fin, ayer se celebró la I Olimpiada Informática de Asturias, con una primera ronda de pruebas en el campus gijonés que culminan hoy en Oviedo. A primera hora de la tarde se darán a conocer los ganadores y se entregarán los premios a los estudiantes que hayan obtenido mejor puntuación. Los dos centros de la Universidad de Oviedo que imparten el grado en Ingeniería Informática, junto con los dos colegios de Ingeniería Informática e Ingeniería Técnica Informática, se han lanzado a promocionar una cita que «prevemos que sea duradera en el tiempo, con la intención de participar en las Olimpiadas nacional e internacional», indica Hilario López. Y con un objetivo fundamental: «Que los chavales sepan que tienen esta alternativa, en la que de momento siguen saliendo puestos de trabajo y en la que se da la paradoja, con los tiempos que corren, de que no hay bastantes profesionales para cubrirlos».

El director de la Politécnica resume de memoria algunos casos de «empresas que han acudido a nosotros para pedirnos ingenieros, porque no encuentran personal; muchas veces ni siquiera les aparecen aspirantes a las pruebas para determinados puestos de trabajo». Por eso, y porque los estudios en Asturias presumen de ser «unos de los más completos a nivel global, con formación en diversos campos para que los profesionales sean lo más versátiles posible», junto con la reciente implantación de un máster pionero en España, la cita de ayer se convirtió en el mejor de los escaparates para atraer a nuevos talentos hacia una profesión «con futuro, verdaderamente».

Alumnos de la ESO, de Bachillerato y de ciclos formativos de grado superior se enfrentaron ayer en Gijón a una primera ronda de pruebas, establecidas en tres modalidades: una prueba principal con ejercicios sobre conocimientos básicos y una parte creativa, para realizar en equipo; una prueba individual con solución de problemas y una prueba que consistió en la programación de un robot. Es el llamado «Robocode», en el que «los robots creados por los alumnos tuvieron que luchar entre ellos, y se premiará a los más resistentes», indicaba ayer el profesor Claudio de la Riva.

A falta de las pruebas de hoy, los participantes se mostraban ayer satisfechos con el resultado. «Ha sido diferente a lo que esperábamos», confesaba la ovetense Cristina García, después de enfrentarse a la tarea de desmontar un ordenador, comprobar sus características y volver a montarlo. Además de eso, los alumnos tuvieron que manejar un archivo con datos.

Algo que «nos gusta mucho, aunque lo que más nos atrae es la programación», indicaba un grupo de estudiantes de Avilés. Daniel González, Ramón González, Cristóbal Herrero, Luis Ruiz y Pablo García comparten su pasión por la informática, a la que alguno de ellos prevé dedicarse de manera profesional. «Gran parte de mi tiempo libre lo dedico a la tecnología y a la informática, como casi todos nosotros», apuntaba Cristóbal Herrero.

Ahora conocen más de cerca la materia que tratarían en el caso de decantarse por estos estudios, con una amplia oferta laboral. Un ejemplo: la próxima semana visitarán el campus gijonés varios responsables de empresas europeas en busca de trabajadores.