Luján PALACIOS

Sus cuadros reflejan un mundo de colores vibrantes, de paisajes llenos de energía que apetece tener colgados en las paredes para echar un vistazo a un mundo redescubierto. Cynthia Díaz, pintora gijonesa de apenas 24 años, ya ha protagonizado varias exposiciones individuales con gran éxito de ventas y la certeza de que «se puede vivir de esto, con paciencia y esfuerzo».

El pasado jueves inauguró una muestra de sus creaciones en el ovetense espacio de arte Cervantes 6, y en la exposición muestra sus miradas más cercanas, las captadas «desde casa», como ella misma cuenta. La catedral de Oviedo, Santa María del Naranco, el Fontán y sus puestos de paraguas, el mercado de Grado o las lanchas del Cantábrico varadas en la arena tienen por obra de Cynthia Díaz una luz y color especiales, con un toque «muy impresionista». Porque la artista gijonesa se declara enamorada de esta corriente, y más en concreto de Sorolla. Por eso, intenta plasmar en sus cuadros «manchas y colores, realidades paralelas donde lo cotidiano se vuelve inesperado».

Con estudios en diseño gráfico, Díaz se ha formado como pintora con Favila, Julio Solís, Humberto, Luis Fega y Joaquín Vaquero Turcios, y «de todos ellos aprendí mucho», asegura con entusiasmo, convencida de que «si eres bueno, con la formación adecuada, sales adelante». Ella habla por propia experiencia, después de empezar a pintar siendo una niña, derivando «cada vez más a lo profesional». Ahora, ya dispone de un taller propio con más espacio para dar rienda suelta a sus pinceles y colores, y el pasado mes de enero expuso en la galería de arte Herraiz de Madrid. Un escaparate privilegiado en el que vendió once de sus cuadros.

«La luz y los colores vivos me interesan mucho, cualquier momento vital», indica la pintora, que cuenta en su currículum con numerosos premios en certámenes por toda Asturias y buena parte de España. Además, ha participado en varias exposiciones colectivas en Cantabria, Sevilla, Vizcaya y Plasencia. Y todo ello con una apuesta clara por «lo creado con humanidad», lejos de las vanguardias a su juicio muchas veces vacías y ajenas a los pinceles. Por ahora, ella se marca la meta de seguir por la senda iniciada. Ya cotiza alto y sus aspiraciones, también.