La Policía arrestó a las tres y cinco de la madrugada del pasado lunes a un menor de edad que supuestamente estaba robando en una pescadería del barrio de Pumarín. El detenido ya había pasado por los calabozos de la Comisaría gijonesa en 13 ocasiones anteriores.

Los agentes fueron alertados por vecinos de la zona de que habían oído el sonido de la fractura de un cristal y sospechaban que podía estar cometiéndose un robo. Los policías comprobaron que la puerta de una pescadería del barrio se encontraba abierta y presentaba el cristal fracturado. Asimismo, escucharon ruidos en la trastienda y allí sorprendieron al joven con un cuchillo en la mano con el que manipulaba unos cajones. El menor fue desarmado por los agentes, que le encontraron otro cuchillo oculto en una manga de la sudadera y le intervinieron una linterna con la que se iluminaba para revisar el interior del local y los productos del congelador.

La anterior detención de este joven se había producido sólo dos días antes, el sábado, poco después del mediodía cuando supuestamente había forzado la entrada de una vivienda para sustraer dos relojes y una pulsera. Cuando fue detenido se encontraba en el rellano de los pisos superiores de la casa forzada en compañía de una niña de 13 años.