R. V.

Los feligreses de la parroquia de La Resurrección, en el barrio de Laviada, volverán a demostrar este fin de semana su solidaridad en una nueva edición del tradicional rastrillo que se organiza en el templo de la calle de Infiesto. «Este rastrillo es tres cosas a la vez: una fórmula de presencia de la parroquia en el barrio, una fiesta que llama a convivir y una manera de recaudar fondos para los proyectos que tenemos en marcha en la parroquia, mucho de ellos con Cáritas, y también para cubrir las necesidades de algunas obras materiales que se realizan en la iglesia», explicaba ayer el párroco Silverio Rodríguez Zapico.

El rastrillo de la parroquia de La Resurrección se realiza desde hace veinte años para paliar la situación de crisis económica que viven muchas familias del vecindario, como del resto de la ciudad y el país, y hacen que el dinero que se obtenga de este encuentro tenga en este momento mayor valor que en años anteriores para poder hacer frente a necesidades de primer orden de muchos vecinos. «En estos tiempos de necesidades todo viene bien para un barrio donde atendemos a un montón de familias», indicaba el párroco.

El rastrillo se desarrollará este sábado entre las cuatro y media y las ocho y media de la tarde y el domingo desde las diez de la mañana a las siete y media de la tarde. Postres caseros, manualidades, piezas donadas por comercios del barrio, objetos de artesanía... son algunos de los elementos que año tras año por estas fechas se ponen a la venta con la intención de lograr la más alta recaudación de dinero en favor de las necesidades de la parroquia. La colaboración de los feligreses y el compromiso del vecindario se convierten en los pilares básicos para el desarrollo de la iniciativa.