R. GARCÍA

Aurora Fernández Berjón cumplió ayer 3 años. Un aniversario que prácticamente ha supuesto la vuelta a la vida de esta pequeña. Y es que ayer no fue para ella un 10 de mayo cualquiera. La niña celebró su particular fiesta en una habitación del Hospital de La Paz de Madrid, donde se recupera de la operación a la que fue sometida el pasado martes para erradicar el nevus congénito que le tapa parte de la cara. Un mal que ella misma llama «su marca de princesa» y que ahora, si todo va bien, va a quedar en el pasado tan sólo como un mal recuerdo. Sin perder la sonrisa ni el optimismo, la pequeña cantó rodeada de personal médico madrileño el «cumpleaños feliz» acompañada de sus padres, Mada Berjón y José Francisco Fernández, dos asturianos que celebran también los primeros pasos hacia una vida mejor.

A Aurora le diagnosticaron el nevus congénito cuando nació. «Es un lunar gigante que le cubre parte de la cara y para el que muchos nos decían que no había tratamiento posible», comienza su relato Mada Berjón. Después de visitar decenas de consultas, y de que les denegaran tratamientos como la cirugía por no ser posible a la edad de Aurora, estos dos vecinos de El Llano consiguieron gracias a su persistencia ser admitidos en el Hospital de La Paz de Madrid. El problema fue entonces la financiación del tratamiento. A pesar de que la operación y los gastos médicos están cubiertos por la Seguridad Social, los viajes a Madrid para esta familia, que tiene cuatro hijos, suponían un gasto inalcanzable. Fue entonces cuando estos gijoneses encontraron el apoyo de quienes les rodean y surgieron las iniciativas. El Club Montevil llegó a organizar un campeonato solidario para recaudar fondos, a la par que el bar Forma de la calle Cataluña organizaba el sorteo de dos jamones. Gijón se volcó con esta familia, pero toda ayuda es poca. «Seguimos necesitando mucho apoyo y por eso continuamos pidiendo solidaridad», asegura Mada Berjón. La gijonesa ha abierto una cuenta de banco a nombre de su niña en la Caixa. Además, aún está pendiente de la rifa de la camiseta firmada que en su día les regaló el sportinguista Quini.

La pequeña Aurora entró en quirófano alrededor de las doce de la mañana del pasado martes y no salió hasta las seis de la tarde. Tras la operación comenzaron los dolores de cabeza y de garganta. Pero, a pesar de todo, los padres de la niña respiraron tranquilos al verla de nuevo. «Creí que me daba una parálisis de los nervios que estaba pasando», relataba aún desde el Hospital de La Paz Mada Berjón. La familia tiene previsto volver a Asturias hoy mismo después de recibir el beneplácito de los médicos.

«Ella no ha parado de luchar, lo único que pregunta es por qué le han quitado su marca de princesa», relata la madre de Aurora. Los cirujanos le instalaron a la pequeña dos expansores que la propia Mada Berjón tendrá que «aprender a utilizar en Gijón» y que trabajarán durante varios meses. El objetivo de la operación es que la piel se extienda creando nuevo tejido con el que posteriormente, dentro de varias semanas, hacer desaparecer el gran lunar de la cara de Aurora. Pero la historia no ha terminado aún.

La niña tendrá que someterse a revisiones continuas cada dos semanas. El riesgo de cáncer de piel es alto y hay que estar pendientes de su evolución minuto a minuto, lo que obliga a sus padres a planificar nuevos viajes a Madrid que hacen necesaria la financiación de esta familia. «Hubo incluso un señor que se ofreció a traernos a Madrid. Entre los viajes de ida y vuelta y la manutención... intentamos ahorrar en todo, pero no podemos más», se lamenta Mada Berjón, agradecida por el cariño recibido en Gijón, mientras piensa en sus otros tres hijos, de 12, 15 y 21 años, a los que también debe atender. Una situación difícil teniendo en cuenta que tanto ella como su marido se encuentran en paro. «Aurora veía los carteles que había colgados por Gijón y sólo hacía que decir que estaba muy guapa», recuerda la emocionada madre.

A Aurora le queda aún un gran camino que recorrer. Pero no va a estar sola. A pesar de que su enfermedad sólo la tienen otras 157 personas en toda España, el apoyo de los gijoneses no le va a faltar. «Los hierros le causan dolor y le tiran, pero sabemos que va a poder salir adelante», concluye orgullosa su madre, a punto de hacer las maletas para iniciar el viaje de vuelta a Gijón con la esperanza de iniciar, además, el camino hacia una nueva vida.