A. RUBIERA

Más de medio centenar de familias usuarias de las escuelas infantiles de la red pública de 0-3 años abiertas en Gijón acudieron ayer a la convocatoria de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPAS-Xixón) en el centro municipal Pumarín Gijón-Sur. Con la excusa de recoger las firmas del manifiesto que lleva semanas circulando por Gijón, en defensa del trabajo que se realiza en dichos centros y contra los recortes de plantilla ejecutados en las escuelas, los representantes de FAPAS pulsaron la sensibilidad que, a día de hoy, existe entre las familias gijonesas con respecto al presente y al futuro de dichos centros. Y el encuentro, según explica Juana Llana, presidenta de FAPAS, no pudo ser más aleccionador. «Las familias están dispuestas a organizarse en asociaciones en su interés por implicarse en la defensa de un modelo de escuelas que creemos que está en peligro», explicó Llana. Tanto como que además de la asociación también se acordó una primera acción de protesta: una concentración en el paseo de Begoña el próximo día 23 a las 18.00 horas.

Los recortes de plantillas; el desapego que existe por parte de la Administración regional para integrar, a todos los niveles, estas escuelas en la red educativa pública; las declaraciones del ministro de Educación con respecto a la utilidad de estas escuelas «como apoyo a la conciliación, pero no como elemento educativo», según citó ayer Juana Llana, y las amenazas de otros posibles recortes fueron argumentos que llevaron a los padres a asumir que deben levantar la voz «para que no se pierda la calidad que se ha logrado tener en estos centros», contó Llana. Y esa calidad, explican desde FAPAS, parece que ha empezado a resentirse. «Aunque sea de forma tan sutil como que algunas educadoras, debido al recorte de personal, tienen la jornada tan medida que casi no tienen tiempo ni para dar mimos».