Luján PALACIOS

Facilitar la inserción laboral de los chavales y habituarlos a mantener unas pautas de disciplina y de organización. El Hogar de San José se ha marcado estas metas con los jóvenes que alberga en sus instalaciones en El Natahoyo, y para ello la casa está inmersa en el desarrollo de una iniciativa empresarial novedosa.

Imena es el nombre de un proyecto que supervisa Jaime Martínez, educador del Programa de Inserción de la Fundación, con el que se busca que los chicos del Hogar puedan tener un trabajo cuando acaban su formación. Una primera experiencia en el mundo laboral que, además, les servirá para adquirir disciplina antes de dar el salto a otros trabajos, como explica Martínez.

«Vimos que había unas deficiencias en este sentido, y que no es fácil adquirir el hábito del trabajo con unos horarios y unas pautas», indica el responsable de Imena. Por eso, cuando los chicos acaban la formación en centros externos, se los incorpora a este programa, para que «vayan teniendo una experiencia en el mundo laboral real» que pueda traducirse en una continuidad con éxito en los años siguientes.

La empresa, a punto de ser constituida oficialmente, ofrece trabajos de restauración y mantenimiento de espacios y edificios. «Pintura y arreglos varios no demasiado complicados», concreta Martínez. En la actualidad, forman parte del proyecto dos chavales marroquíes, y la intención es sumar otros cuatro que ya están en formación. Dentro de poco, la empresa contará con sede en Oviedo, y en ella sus responsables planean crear un taller para especializarse en la restauración de muebles antiguos, «además de seguir con estos pequeños trabajos».

Un paso más en el empeño de normalizar la situación de los menores extranjeros, para que puedan afrontar un futuro en igualdad de condiciones.