A. RUBIERA

El albergue Covadonga se quedó el pasado año, por decisión del nuevo gobierno municipal, sin la que iba a ser su renovada sede en el edificio del solar de Suzuki. Y nunca, en los 25 años que va camino de cumplir la institución, iba a serles tan necesaria esa ampliación. Los datos de la memoria del albergue de 2011, presentados ayer por los responsables del centro, recogen el enorme y constante incremento de actividad y de demanda que ha tenido la institución en todos sus apartados, con la ocupación global más alta de su historia: un 5,2% más de personas atendidas (de las 1.053 que llegaron en 2010 a las 1.108 de 2011); casi un 22% de incremento en las estancias (de 11.748 a 14.299) y casi un 40% de demandas de ingreso (2.726 peticiones de alojamiento, frente a las 1.951 del año anterior). También el servicio de comedor, duchas y de ropero registró aumentos.

La situación del servicio de alojamiento es, según reconocieron ayer tanto la directora del albergue, la religiosa Angelita Diez, como el vicepresidente, Lorenzo Mariño, y la coordinadora de programas, Julia Castro, de saturación en el caso de la residencia de hombres, que tiene 35 plazas y han estado ocupadas al cien por ciento todo el año. Incluso se mantiene a día de hoy el concierto de 4 plazas en pensiones de la ciudad -cuyo coste lo asume el Ayuntamiento-, a las que se derivan a otros tantos usuarios. En los momentos más crudos del invierno ese concierto con pensiones llegó a ser de ocho plazas, que también se llenaron. «Y si hubiéramos tenido más, más se habrían usado. Aquí al lado, en una nave industrial, han estado durmiendo diez y quince personas muchas noches», reconoce la religiosa. Los responsables del albergue, además, no tienen esperanzas de que la situación mejore a corto plazo, ya que «en los cinco meses que llevamos de 2012, la residencia de hombres ha estado siempre llena. No baja nada la demanda, y si no lo ha hecho en estos meses no lo hará en los próximos, porque en verano siempre hay repunte», explica Castro.

La situación de crisis y la reestructuración de servicios de los centros de atención a personas sin hogar de Gijón (con el cierre del albergue nocturno de la Cocina Económica -reconvertido en residencia de media estancia-, que dejó al albergue Covadonga como el único centro de primera acogida, abierto las 24 horas y dispuesto a dar atención a cualquier transeúnte) está detrás del aumento de la demanda.