P. T.

Un pato nada en un pequeño estanque cuando, de repente, se cruza con un barco mercante. Y, al rato, con un acorazado, un velero y un buque de salvamento. Esta curiosa imagen se pudo ver ayer en el parque Julián Besteiro gracias a una concentración de aficionados al modelismo naval organizada, como todos los años, dentro de las Jornadas Deportivo-Culturales de La Calzada.

Entre los que se encontraban a la orilla del estanque, construido en su momento para dar cabida a esta afición, se encontraba José Luis Méndez, presidente de la Asociación Asturiana de Modelismo Naval. «Venimos a juntarnos y a enseñar a la gente nuestros barcos teledirigidos», comentaba mientras manejaba un velero. A su lado, José Alonso dirigía con su mando una réplica de la «Salvamar Rigel», de Salvamento Marítimo, fabricada por él mismo. «Está sin terminar. La he traído para probarla y estoy contento. Llevo cuatro meses trabajando en el modelo ocho horas al día», decía orgulloso mientras su barco dejaba en el estanque una estela al navegar muy similar a la que produce la embarcación real. También había réplicas de barcos de mayor tamaño, como un mercante diseñado por Alberto Blanco, titulado en Navegación Marítima, de 28 años. «Funciona muy bien en el agua. Entretiene dirigirlo con el mando porque hay que maniobrar en función del viento y las olas», aseguraba, aunque seguramente manejar una maqueta teledirigida no cuente como prácticas para su oficio.