J. L. ARGÜELLES

Son artistas jóvenes y con una obra ya apreciable, aunque no muy conocida todavía por el público. La galería El arte de lo Imposible reúne en «10 de 10», exposición que se inaugurará mañana, viernes, a igual número de autores en una iniciativa poco habitual que tiene, entre otros, el objeto de acercar la creación emergente a los coleccionistas. Así, el precio de todas las piezas, tras acuerdo de los participantes en esta muestra, es el mismo: cien euros. ¿Que suena demasiado a un «todo a cien»? Tal vez, pero es una manera, tras los años anteriores a la crisis -aquel tiempo de loca comunión con los precios disparatados-, de regresar a una cierta cordura.

Y parece que el planteamiento de Olga Muñiz y Miguel R. Núñez, los directores de El arte de lo Imposible, ha sido aceptado por el público: la galería ya había vendido diez piezas cuarenta y ocho horas antes de la apertura de la exposición.

«Nos apetecía montar una exposición de este tipo, divertida, con artistas que empiezan», explicó ayer Olga Muñiz, que ha elegido para «10 de 10» no sólo a algunos autores ligados a su galería, sino también a otros con una obra en marcha que es del gusto de los galeristas.

Los artistas reunidos en la muestra son en su mayor parte asturianos o ligados al Principado, aunque los hay también de otras comunidades autónomas o de otros países. Los diez autores son: Calandra, Estefanía González, Eva Ibáñez, Fito Pérez, Javier Bejarano, Juan Barreiro, Julia Gallego, Julien Guinet, Mario García y Mü.

«Es una exposición de gusto ecléctico porque nosotros nunca nos hemos cerrado a las propuestas de los artistas; no nos cerramos a nada», indicó Olga Muñiz, a quien le interesan, según propia confesión, las instalaciones, el hiperrealismo y el mundo del grafiti.

Esa decisión de mantener abiertas las puertas de la galería a distintas líneas artísticas es evidente en «10 de 10», donde conviven distintos lenguajes y diferentes materiales o soportes. Pintores como Calandra, Eva Ibález, Fito Pérez, Juan Barreiro o Julia Gallego conviven con las propuestas del escultor Mario García, las fotografías de Estefanía González, los dibujos de Julien Guinet y Mü o las incursiones en el «collage» de Fernando Bejarano. En una artista como Eva Ibáñez hay, además, una incorporación de la caligrafía japonesa.

La muestra «10 de 10» es una buena oportunidad para ver algunos de los distintos caminos por los que transita el arte joven, al igual que lo es la exposición que ha montado la Fundación Municipal de Cultura en el Centro Antiguo Instituto con la obra ganadora y las piezas seleccionadas en el I Premio de Pintura Joven de Gijón. Iniciativas de este tipo y una larga tradición ligada a un buen número de artistas importantes, así como a un continuado trabajo de galeristas e instituciones, hacen de la ciudad una referencia.