El recuento electoral del voto emigrante en la circunscripción electoral occidental ha venido a confirmar lo esperado: el Partido Socialista recupera un escaño en detrimento de Foro y le sirve para conseguir un empate técnico izquierda-derecha a veintidós diputados. Digo que era esperado a tenor del escrutinio emigrante de pasadas elecciones y como lógica cosecha de las múltiples expediciones a Sudamérica y países del Caribe realizadas por los gobiernos del anterior presidente del Principado, señor Álvarez Areces, en busca del voto necesario.

Diez días antes de las elecciones asturianas remití un escrito a LA NUEVA ESPAÑA en el que decía que, por encima de voluntarismos políticos, lo único que se iba a dilucidar en estos comicios era si Asturias iba a ser gobernada por una coalición de centro-derecha o por la izquierda de siglas, como acertadamente la denomina el admirado columnista de este periódico Luis Arias Argüelles-Meres. Y los hechos me han confirmado que esa era la cuestión.

El mismo sentido común que me hizo suponer este resultado me dice que UPyD va a apoyar la opción de centro-derecha. Las razones son obvias. Si hace apenas cuatro meses Foro le cedió su diputado al partido magenta para formar grupo parlamentario propio, como de bien nacidos es ser agradecidos, supongo que Rosa Díez le va a devolver el favor a Cascos. Pudo prestarle ese diputado el PSOE, sin embargo el partido de Pablo Iglesias sólo le ha dedicado improperios y descalificaciones a la defenestrada Rosa desde que fue invitada a marcharse.

Debe de estar disfrutando de lo lindo el señor Ignacio Prendes. Pasó de ser el convidado de piedra a ser la joya de la corona. Me recuerda a aquel nuevo millonario que hacía esperar a la puerta de su casa a los banqueros que se ofrecían a custodiar su boleto premiado, cuando unas horas antes le habían denegado un pequeño crédito por falta de solvencia. Seguramente, hasta podría ser presidente, si ese fuera su deseo.

Como en política todo es posible, tampoco conviene descartar el improbable apoyo de UPyD a la coalición PSOE-IU. Si éste fuera el gobierno de Asturias, una cosa estaría garantizada: los culpables de todos los males siempre estarían en Madrid. Se admiten apuestas.

Si la victoria del PP en Andalucía ha sido calificada con pleno acierto como victoria amarga, el empate conseguido por la coalición autodenominada de izquierdas en Asturias me temo que sea un empate inútil que sólo les sirva para seguir tres años más en la segunda división, que es la que siempre ocupa la oposición. Esperemos que éste no sea el caso del Sporting y que el sufrido empate de Bilbao le sirva para mantenerse en Primera. Pero, para eso, hay que ganar al Zaragoza.