Pablo TUÑÓN

Hacía tiempo que los vecinos lo demandaban, y este mes la Empresa Municipal de Aguas (EMA) se ha puesto manos a la obra. La zona oeste de Veriña tendrá por fin su red de saneamiento para conducir las aguas residuales, ya que la EMA inició las obras a principios de mes en un área que carece de alcantarillado. A este proyecto, presupuestado en el ejercicio anterior, se sumará en la zona oeste otra inversión, prevista para este ejercicio según lo acordado en el Consejo de Administración celebrado esta semana. Se trata de la renovación de varias redes de aguas en La Calzada y El Natahoyo, que se harán con un método que evita hacer zanjas en la acera.

En cuanto a Veriña, los vecinos de la zona oeste tenían que contar hasta ahora con instalaciones propias como pozos negros para dar solución a las aguas residuales. Mientras que la zona este de la parroquia vierte sus aguas hacia la red de alcantarillado de El Cerillero, el oeste hace lo propio hacia el río Aboño. El proyecto de la EMA, adjudicado a Dicaminos por 546.780 euros y con un plazo de once meses, aprovechará el nuevo colector interceptor de los ríos Aboño y Pinzales para conducir las aguas residuales de Veriña que drenan hacia esta cuenca. La actuación servirá para que, al mismo tiempo, se renueve la red de distribución de agua de la zona. En total, están proyectados 4.574 metros de tubería de PVC y polietileno: 1.814 de abastecimiento y 2.860 de saneamiento. Asimismo, se aprovechará la ocasión para pavimentar los caminos afectados y se instalará una canalización para comunicaciones en todo el trazado. «No había servicio de alcantarillado así que la gente tiene que estar contenta. Aunque nos queda todavía Puente Seco, y lucharemos por ello», proclama Amancio López, presidente de la Asociación de Vecinos «San Martín» de Veriña.

En El Natahoyo y La Calzada, el Consejo de Administración de la EMA acordó destinar un presupuesto de cerca de tres millones de euros para la renovación de redes de agua. Se sustituirán 12.978 metros de tubería de abastecimiento y saneamiento, avanzando en la implantación de tuberías de polietileno y fundición en la zona, en vez de las antiguas de fibrocemento. La sustitución se hará además con el método «bursting» que reduce en un 85% la rotura de aceras y apertura de zanjas, evitando molestias a los vecinos. Esté método ya se utilizó anteriormente en la zona, así como en La Perchera y Nuevo Gijón. Una vez terminada la actuación, El Cerillero y la avenida Príncipe de Asturias serán las únicas zonas del oeste sin contar con las tuberías de polietileno y fundición.