F. G.

Ayer falleció un empresario cabal, trabajador infatigable y discreto cuya trayectoria profesional no por pasar notablemente desapercibida resulta para Gijón menos relevante. A los 87 años de edad ha muerto Paulino Hernández, fundador de la cadena de supermercado Los Tulipanes, adquirida en 1992 por la firma Masymas.

Paulino nació en la localidad salmantina de Alba de Tormes el 24 de mayo de 1924, en el seno de una familia humilde de agricultores de ocho hermanos. Ganó su primer sueldo en el campo, de niño. Su madre le cosió un bolsillo por dentro de la camisa para que escondiera el primer salario, y fue corriendo desde la finca en la que trabajaba hasta su casa, a varios kilómetros de distancia, «para que nadie me lo robase», contaba divertido en una reciente comida de amigos, en torno a un cocido de los lunes, en El Riscal.

Temprana fue su vocación por el comercio. De bien joven recorre los pueblos de Salamanca en un carro, para llevar mercancía. Más tarde representará a importantes firmas del sector de la alimentación, antes de convertirse en empresario del sector, fundador de una cadena local de supermercados.

Conoce a Esther, su viuda, en un tren, en uno de sus viajes de representación. Fue un flechazo sin discusión. Hombre de pocas palabras pero de notable sentido del humor, autodidacta crecido en los negocios por instinto, era habitual contar con su presencia en la mesa presidencial de las mensuales reuniones gastronómicas de la peña «Puente de Mando», donde se le echará mucho de menos.