Arquitecta

L. QUIROGA

Carolina Castañeda protagonizará esta tarde la conferencia «La iglesia de San Pedro como patrimonio arquitectónico de Gijón» en el club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. La arquitecta gijonesa cursó sus estudios en La Coruña y posteriormente se trasladó a Madrid para realizar un máster en Conservación y Restauración del Patrimonio en la Universidad Politécnica.

-¿Cómo llega a interesarse por San Pedro?

-Todo comenzó a través de un pequeño trabajo de investigación que tuve que realizar en el máster. En él trataba diversos aspectos de la reconstrucción de San Pedro y dada la cercanía de la festividad del patrón gijonés parecía oportuno dedicarle una conferencia.

-¿Qué supuso la reedificación de San Pedro tras su destrucción durante la Guerra Civil?

-Ante todo, al tratarse de una iglesia centenaria, supuso la pérdida de un patrimonio muy valioso, tanto en lo que a documentos como a bienes muebles se refiere. Los hermanos Somolinos fueron los encargados de llevar a cabo la reconstrucción, y su proyecto (ganado en concurso) significó una reinterpretación de la iglesia anterior con algunas variaciones. Entre ellas, un cambio en el contorno que permitió ampliar el paseo de la playa. Y también conviene destacar que se inspiraron en la obra de otros arquitectos como Juan Manuel Busto, dándole a la iglesia un carácter «asturiano».

-El nuevo proyecto incluía reminiscencias prerrománicas, ¿dónde se puede observar esto?

-Hay varias influencias, tanto a nivel decorativo como a nivel estructural. Las ventanas tripartitas nos pueden recordar perfectamente a las de Santa María del Naranco. Otro aspecto en el que se aprecian estas similitudes es en la volumetría que, aunque a distinta escala, utiliza una composición espacial similar. No es la única iglesia gijonesa donde se observa esta influencia del prerrománico, la de San Julián en Somió, cuyo arquitecto fue el ya mencionado Juan Manuel Busto, es otro ejemplo de ello. A mi juicio, en San Pedro se inspiraron también en la basílica de Covadonga y en algunos elementos del románico lombardo.

-¿Qué importancia se le da a la arquitectura religiosa actualmente en comparación con el pasado?

-Después del Concilio Vaticano II, la arquitectura religiosa se puede poner en un plano equiparable a la arquitectura de equipamiento, de grandes museos o piezas culturales. Se trata la espiritualidad desde un punto de vista contemporáneo, ya no hay una arquitectura canónica o religiosa. Los templos antiguos son una fuente de conocimiento, no sólo a nivel histórico sino también a nivel constructivo. Son joyas que hay que conservar y que hablan de una época pasada importante.

-Su próxima tesis tratará sobre el patrimonio industrial, ¿qué papel juega Asturias?

-Teniendo en cuenta la delicada situación en la que se encuentra el carbón y la siderurgia, existe el temor de que las fábricas que cierran acaben abandonadas o se expolien. Muchas factorías se van a quedar obsoletas y es un patrimonio que se debería cuidar y conservar.