R. GARCÍA

Arístides Alonso, participante en la decimotercera edición de «Gran Hermano» sin pena ni gloria, consiguió portadas por un camino más insospechado que el televisivo. Este bilbaíno con ascendencia zamorana en Villalpando que logró colarse en el plató de Telecinco sin pasar un casting; que pagó 69.100 euros para entrar en el concurso más famoso de la televisión participando en una puja en internet, acabó siendo protagonista de la página de sucesos, relacionado con el asalto al bingo Sporting.

«Aristidín», como se le conoce en algunos medios, aseguró en su día que había conseguido el dinero de la puja echando mano de los ahorros de sus familiares y amigos. Una coartada que hace escasamente unos días desmontaba la Policía Nacional arrestando al concursante por su presunta participación en el atraco a un bingo de Gijón, suceso que tuvo lugar en febrero de 2011 y en el que supuestamente tres «mandados» de Alonso se llevaron más de 100.000 euros de botín. «Aris» se encuentra actualmente en libertad con cargos por estos hechos y ayer tuvo que firmar por primera vez en una sede judicial.

De «amable» y «discreto» calificaban los más aficionados a «Gran Hermano» a Alonso cuando entró por primera vez en la casa de Guadalix de la Sierra. Por aquel entonces nadie sospechaba que trataba de hacerse un sitio en la «caja tonta» un acupuntor y comercial de coches de lujo que acabaría pasando tres días a la sombra en los calabozos de la Comisaría de Gijón acusado de un atraco. Fuentes policiales lo definen como una persona «con amplios conocimientos en lo que a delincuencia en el norte de España se refiere»; pero él quería dar una imagen diferente. «Arístides, ¿te dedicas a algo ilegal?», le preguntaron. «¡Sería estúpido y contradictorio dedicarme a ese tipo de negocios turbios y meterme en la casa de "Gran Hermano"!», contestaba el concursante, quién además confesó en los platós que le gustaría «dejar de vender coches y trabajar en televisión para dar una buena vida a mi familia».

Las malas lenguas sospechan que Arístides Alonso supo que la Policía le seguía la pista en cuanto abandonó la casa de «Gran Hermano» por decisión del público del concurso y sólo una semana después de haber cumplido su sueño de poder participar en el programa. Cuentan que entonces fue la sospecha de la investigación que se cernía sobre él la que hizo que Alonso pasara a un segundo plano poco después de dejar el concurso, llegando incluso a intentar quitarse la vida. Su sueño de fama se desintegró. Y eso que «Gran Hermano» no era su primer intento. Pocos meses antes del «reality», Alonso había pagado 400 euros al manager de Dinio para que le preparase un montaje con Leticia Sabater. Un plan que ya había surgido meses antes cuando el enigmático «Aris» había acompañado a un amigo al rodaje de una película porno del cubano ex de Marujita Díaz.

La Policía Nacional inició la investigación acerca del atraco al bingo Sporting en febrero de 2011. Fue entonces cuando los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta se desplazaron al establecimiento situado en la avenida de Portugal para entrevistar a los trabajadores del establecimiento que habían sido atados y amordazados por tres encapuchados armados que se habían llevado del local más de 100.000 euros.

Desde un primer momento los agentes del Cuerpo Nacional de Policía fijaron su vista fuera del Principado. El modus operandi de los atracadores hacía sospechar a los funcionarios policiales gijoneses de la actuación en el bingo Sporting de un grupo delincuencial con una amplia movilidad geográfica que tendría base fuera de Asturias. Y no se equivocaron. Al menos eso se desprende del trabajo realizado por la Policía gijonesa en los últimos meses, en un caso en el que los agentes llegaron incluso a solicitar la colaboración ciudadana para que los vecinos de la zona pudieran alertar de la presencia de sospechosos días antes del atraco a mano armada.

La investigación por el momento ha permitido la detención de al menos cuatro personas implicadas en el suceso. El secreto sumarial decretado por el Juzgado de instrucción que dirige los trabajos ha dejado que pocos datos salieran a la luz púbica. A pesar de todo, ya se conoce la participación de «Aris». El concursante de «Gran Hermano» habría conseguido, gracias a sus contactos en la delincuencia organizada, datos precisos acerca de los horarios y los trabajadores del Bingo Sporting, esenciales para que el golpe fuera efectivo. El cabecilla de la trama fue detenido a la vez que «Aris» en Bilbao. El lunes 18 de junio la Policía Nacional trasladó a ambos a la Comisaría de El Natahoyo de Gijón, donde permanecieron el máximo de tiempo que permite la ley, 72 horas.

El pasado miércoles ambos presuntos delincuentes fueron conducidos ante la juez encargada de la investigación del caso. La magistrada de instrucción decretó el ingreso en prisión del cabecilla, aunque dejó a «Aris» en libertad con cargos con la obligación de estar localizable personándose cada lunes en una sede judicial. El otrora obseso de la fama intenta ahora pasar desapercibido. Tanto que a su salida de los Juzgados de Gijón Alonso trató de evitar a los periodistas que le esperaban en las inmediaciones de la sede judicial gijonesa pidiendo que un coche entrara a recogerle en los calabozos. Un privilegio que raramente se concede en la sede judicial gijonesa, pero que, en esta ocasión, recibió el visto bueno de los agentes de Policía Nacional responsables de la vigilancia del edificio público. Desde entonces nada más se ha vuelto a saber de él. Al contrario que otros «grandes hermanos» involucrados en todo tipo de escándalos, «Aris» ha desaparecido del mapa.