M. CASTRO

Goldman Sachs, uno de los grupos de banca de inversión y valores más grandes del mundo, ha comenzado a acopiar carbón térmico en el muelle norte de la ampliación de El Musel, en una operación negociada por el ex director de la Autoridad Portuaria, Julio de la Cueva y que ha provocado dudas entre los nuevos responsables de El Musel.

El broker prevé descargar entre 300.000 y 600.000 toneladas de carbón colombiano en la terminal de graneles sólidos, EBHISA, para su almacenamiento posterior en el nuevo muelle norte. Ahí permanecerá al menos seis meses, hasta 2013, esperando a que suba el precio internacional del carbón para revenderlo a la térmica de Aboño, de HC Energía. Según fuentes conocedoras de la operación ya ha habido contactos al respecto con el grupo EdP.

El primer barco, con 156.300 toneladas procedente de Puerto Bolivar (Colombia), ya fue descargado en EBHISA la semana pasada. Se trata del buque «Rugia». Además de la descarga, EBHISA también se hace cargo del transporte en camiones del mineral hasta el nuevo muelle norte, trabajo que ha subcontratado a la empresa que arrienda las palas a la terminal granelera y se encarga del mantenimiento de las mismas. Ya se han depositado más de 50.000 toneladas en la ampliación.

Otro buque con similar tonelaje al primero llegará en breve con lo que se completarán las 300.000 toneladas que como mínimo almacenará Goldman Sachs en la ampliación. Otros dos barcos para alcanzar a las 600.000 toneladas son opcionales y que vengan a El Musel dependerá, entre otras cosas, de que los actuales responsables de El Musel firmen un contrato con Goldman Sachs que habían negociado los salientes.

El acuerdo de El Musel con el broker internacional se gestó el pasado mes de abril durante un viaje a Colombia de Julio de la Cueva, para participar en una convención sobre carbón. Allí conoció a los representantes del broker, que estaban buscando un puerto en Europa para descargar y almacenar el carbón. El negocio está en que el precio del carbón actual es inferior a las previsiones del mismo en los contratos financieros en torno a los precios futuros de las materias primas.

La firma de un contrato con el puerto facilitaría al broker diferir en la aduana el pago del IVA en España hasta que vendiera el carbón al consumidor final, dado que cabría la posibilidad de reexportar parte o la totalidad del mineral a terceros países por vía marítima.

Sin contrato, es difícil esa posibilidad de diferir el IVA. La negociación se cerró durante el proceso de cambio al frente de El Musel, por lo que el contrato no lo llegó a firmar el ex presidente del Puerto, Emilio Menéndez. Ahora será el nuevo equipo de Rosa Aza el que tendrá que decidir sobre aquel acuerdo.