M. CASTRO

HC y Goldman Sachs ya han cerrado un precio para la adquisición por la compañía eléctrica de las primeras 50.000 toneladas que el banco de inversión estadounidense acumula en la ampliación de El Musel. Se trata de parte del cargamento de 156.300 toneladas que Goldman Sachs trajo al puerto gijonés desde Puerto Bolívar (Colombia) a bordo del buque «Rugia», a finales del mes pasado, tras mantener contactos con la compañía eléctrica. El resto del cargamento se suministrará previsiblemente también a la térmica de Aboño a lo largo de un año, que es el tiempo durante el que le permitirán mantener almacenadas hasta 600.000 toneladas de carbón en el nuevo muelle norte.

La operación fue negociada por el ex director de la Autoridad Portuaria de Gijón, Julio de la Cueva, quien la articuló a través de EBHISA. La terminal de graneles sólidos, participada en un 68,8% por la Autoridad Portuaria de Gijón, es la que descargó el primer barco de Goldman Sachs y la que se encarga del transporte del mineral en camiones hasta el nuevo muelle norte, y de su apilamiento allí. La descarga de las 156.300 toneladas, que previsiblemente acabarán en la térmica de Aboño a lo largo de los próximos meses, es también una forma de financiación de EBHISA, dado que cobrará este año por la descarga de un mineral que, en buena parte, dejará de importar HC a través de otros «brokers» en 2013. La operación ha despertado dudas entre los nuevos responsables de El Musel.

El banco de inversión trae el mineral aprovechando los bajos precios actuales para revenderlo a medida que suban los mismos. Se trata de una operación habitual de una de las divisiones del «broker», que compra materias primas como carbón o cereales a bajos precios para revenderlos cuando éstos suben, explicaron fuentes de la entidad financiera.

La operación no sólo ha provocado dudas entre los nuevos responsables del Puerto, sino que también ha indignado a los sindicatos mineros. Tanto Maximino García, líder de la Federación de Industria de CC OO en Asturias, como José Ángel Fernández Villa, del SOMA, han censurado las facilidades dadas a Goldman Sachs para «especular» con carbón en El Musel mientras el Gobierno aboca a la minería asturiana al cierre. El líder del SOMA llegó a amenazar el lunes con impedir que el carbón de Goldman sea distribuido a las térmicas asturianas.

Para el Puerto tampoco es una operación buena, según el representante de CSI en El Musel, Luis Alfredo Fernández, quien la calificó de «pan para hoy y hambre para mañana». Añade que Goldman Sachs sólo busca «sacar el mayor beneficio, sin importarle la minería asturiana, donde peligran miles de puestos», ante lo que pidió al Gobierno regional que tome cartas en el asunto.

El consejero de Economía del Principado, Graciano Torre matizó ayer que si Goldman Sachs vende ahora el carbón a la térmica gijonesa lo estará haciendo a precios del mercado, por lo que no cabe especulación en esa operación. En ese sentido recordó que la térmica de Aboño sólo consume carbón de importación y que la compra a Goldman Sachs va, por lo tanto, en detrimento de la que pudiera hacer a otro «broker» y no de la minería asturiana, que HC emplea en otra de sus térmicas, la de Soto de Ribera. Otra cuestión, opinó, es que una parte del carbón que Goldman Sachs traiga a El Musel se use para especular a largo plazo, en cuyo caso considera que lo más probable es que ese mineral se volviera a embarcar para exportar a otros países, tal como indicó Torre en la Junta General del Principado a preguntas de UPyD.