R. GARCÍA

Apenas una semana después de que finalizara el encierro de siete mineros en los pozos Candín y Santiago y tras más de dos meses de huelga en el sector, las mujeres del carbón volvieron ayer a la calle para protestar contra el recorte de ayudas mineras que pretende llevar a cabo el ministro de Industria, José Manuel Soria. El escenario elegido para la protesta fue de nuevo Gijón, una ciudad en la que las mujeres de los mineros ya protestaron la pasada semana protagonizando una sentada en los alrededores de las instalaciones del puerto de El Musel y en donde ayer se volvieron a escuchar sus cánticos en una marcha que comenzó en la estación de tren de la ciudad y acabó en la plaza Mayor.

La manifestación arrancó a las seis de la tarde, apenas una hora después de que comenzara la reunión entre sindicatos y Ministerio de Industria en Madrid. Las mujeres de los mineros se mostraban poco esperanzadas con este encuentro. «Después de todo el tiempo que ha pasado las esperanzas se van perdiendo, pero lo que está claro es que esto de alguna manera se tiene que solucionar», relataba una de las portavoces de las manifestantes, Olga López, mientras sus compañeras ponían un lazo negro -símbolo de la protesta- a los pies de la estatua de Pelayo, en la zona del puerto deportivo. López se mostraba, a pesar de todo, convencida de que «vamos a luchar todo lo que haga falta. Sólo estamos peleando por un trabajo y tenemos que conseguirlo», concluía la manifestante.

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