C. JIMÉNEZ

Un hombre encapuchado y armado con una pistola asaltó ayer al mediodía una oficina de Cajastur situada en el céntrico paseo gijonés de Begoña. Con un botín de algo menos de 20.000 euros se subió a un taxi y pidió, «como un cliente más», que le llevaran al parque de Contrueces. De camino, y a bordo del vehículo, fue interceptado por varias patrullas policiales que emprendieron una espectacular persecución por las calles de la ciudad.

Los hechos se produjeron minutos antes de las dos de la tarde, cuando la oficina bancaria está a punto de echar el cierre. El hombre, de 42 años que responde a las iniciales P. P. G., ocultaba su rostro con una braga (bufanda tubular), y apuntaba con el arma a uno de los trabajadores, solicitando la entrega del dinero de la caja. Con el botín encima, se dirigió a la parada de taxis de la plaza del Seis de Agosto, donde acababa de celebrarse la ofrenda floral a Jovellanos y allí se subió al primer vehículo de servicio. Al volante, una mujer, que recibió como única indicación: «Al parque de Contrueces». Fue entonces cuando varias dotaciones de las policías Nacional y Local iniciaron una persecución coordinada por la sala del 091 para tratar de interceptar al taxi.

Cuando la conductora observó a través del espejo retrovisor el gran número de vehículos policiales que circulaban tras de ellos con las señales luminosas y las sirenas advirtió al cliente de que les iba a dejar pasar. «Cuando se quiso dar cuenta estaban rodeados», explicó Jaime Robledo, presidente de la Cooperativa Villa de Jovellanos, a la que pertenece la conductora. Nada le hizo sospechar que el hombre que había subido al coche cinco minutos antes iba armado y con el botín.

«Fue muy correcto. Pasaba completamente desapercibido», comentaban los compañeros de la mujer, quienes calificaron el suceso de «un susto nunca visto» en las calles de Gijón. «Es algo que sólo pasa en las grandes ciudades», aseguraban.

A bordo del taxi, el atracador se mostró en todo momento «muy correcto» con la conductora. «Él estaba muy tranquilo, parecía que lo tenía todo muy bien pensado», pues no mostró ningún signo de nerviosismo cuando se subió al coche «como un usuario más». Tras aquella apariencia normal se escondía un caco, además, reincidente. La Policía sospecha que el hombre es también el autor del atraco perpetrado a la sucursal de Cajastur de Nuevo Gijón del pasado 6 de julio, donde se hizo con un botín de aproximadamente 25.000 euros, y que trató el volver a asaltar el pasado jueves, día 2. En esta ocasión pudo ser, por fin, interceptado. Fue en la confluencia de la avenida Schulz con la calle Pérez de Ayala. El hombre fue detenido por agentes de la unidad de delincuencia especializada y violenta de la brigada de Policía judicial de Gijón tras una «persecución de película», según testigos presenciales. Fue a la altura del parque de la Milagrosa cuando fue detenido por los agentes.

Curiosamente, desde este año, parte de los asociados a la Cooperativa Villa de Jovellanos habían instalado en sus vehículos cámaras de seguridad. No obstante, el turismo al que se subió el atracador aún no incorporaba este dispositivo. «Llevábamos una temporada muy tranquilos. La verdad es que Gijón no es una ciudad conflictiva», reconocía el presidente de la cooperativa tras el espectacular despliegue policial que generó la última carrera de la mañana del taxi con la licencia número 265.

Además, el pasado sábado fue detenido un varón de nacionalidad brasileña y 19 años de edad cuando intentaba sustraer el contenido de la caja registradora de un bar. El joven aprovechó un descuido de la encargada mientras atendía a otros clientes. Esa misma jornada fue arrestado un segundo varón, de 46 años de edad, cuando intentaba acceder a una gasolinera cerrada al público. En la jornada dominical fue detenida una mujer de 58 años por lesionar a otra mujer a quien le estrelló un vaso en la espalda en una sidrería de la calle San José. En una cafetería de la calle Aguado, un camarero fue agredido por un cliente de 46 años que había mantenido una discusión con varias personas que se encontraban en el local.

También durante el fin de semana se efectuaron 200 controles de alcoholemia por parte de la Policía Local, resultando nueve positivos. En la inspección a establecimientos y locales de ocio se sancionó a dos bares, uno de ellos por incumplimiento del horario de cierre y el otro por vulnerar la normativa municipal de ruido. Y se tramitaron diez actas denuncias por consumo o tenencia de sustancias estupefacientes. La Guardia Civil, por su parte, realizó seis detenciones por delitos contra la seguridad del tráfico.