Miriam SUÁREZ

Lo que se conmemoraba ayer era la fecha, 6 de agosto de 1811, en la que Melchor Gaspar de Jovellanos volvía a su ciudad tras siete años de cárcel en la isla de Mallorca. Pero, en esta ocasión, las autoridades locales quisieron remontarse algo más allá en la historia para abundar en «la excelencia» del personaje, recuperando el intercambio epistolar que el Ayuntamiento de Gijón mantuvo con el ilustrado a raíz de su nombramiento -en 1797- como ministro de Gracia y Justicia.

La escritora asturiana María Teresa Álvarez, viuda de Sabino Fernández Campo, conde de Latores y durante años jefe de la Casa del Rey, fue la encargada de ponerle voz a esta evocación jovellanista. «El nombramiento causa gran alegría en el vecindario de Gijón y de manera especial en la Corporación municipal, que se reúne con urgencia y toma el acuerdo de encargar una copia del primer retrato que le hiciera Goya», contextualizó la también periodista e historiadora.

El encargo, que recayó en el pintor Ángel Pérez, se presenta públicamente en junio de 1798. Está escrito que los gijoneses se volcaron con aquel acto. Igual que lo hacen con la ofrenda floral que, cada 6 de agosto, se le brinda a Jovellanos en la plaza que toma su nombre de esta fecha. Plaza presidida por una gran estatua del ilustrado, ante la que ayer se concentraron decenas de personas.

«Sea esta memoria un eterno monumento del aprecio y estimación que las relevantes prendas del excelentísimo señor Jovellanos han merecido al cuerpo civil y representante del pueblo de Gijón, y un testimonio que acredite en los siglos más remotos la noble gratitud, los grandes y provechosos beneficios que le ha cabido recibir de la mano generosa de su conciudadano y el más ilustre de sus hijos», leyó la alcaldesa de Gijón, la forista Carmen Moriyón, literal al discurso que se pronunció al descubrir el retrato que, todavía hoy, cuelga de las paredes del Ayuntamiento.

En lecturas posteriores, a cargo del viceconsejero de Cultura del Principado y de los portavoces municipales del PP, PSOE e IU, se fue reproduciendo la relación epistolar que entonces se entabló con Jovellanos para hacerle partícipe del afecto de la villa. «Ejemplo de sabiduría, virtud y patriotismo», le consideraba el Gijón de la época. El Gijón actual le sigue teniendo muy presente, aunque los jovellanistas de pro creen que se le cita mucho y se le pone en práctica poco.

Ayer, la ciudad volvía a profesarle respeto con las coronas y ramos de flores que depositaron ante su estatua del Seis de Agosto las generaciones más jóvenes de la familia Jovellanos; el Ayuntamiento; la Consejería de Cultura; el Foro Jovellanos; el teatro Jovellanos; el Ateneo Jovellanos; el Instituto Jovellanos; su asociación de antiguos alumnos; las asociaciones vecinales del centro, Cimavilla y La Guía; la Asociación de Parkinson Jovellanos; la Federación Rural «Les Caseríes»; el Grupo Covadonga; la Coral «Villa Jovellanos»; el Ateneo Obrero; USO; las Viudas Villa de Gijón; los Amigos del Jardín Botánico; la Asociación de Personas Sordas «Villa Jovellanos»; la familia Patac; la Sociedad Internacional de Bioética; la Logia Rosario Acuña; el Centro Asturiano de Sevilla; la Asociación Langreanos en el Mundo, y los dos periódicos de la región, entre ellos, LA NUEVA ESPAÑA.