L. Q. / P. T.

Primero fue una serie de comportamientos anómalos y al final la historia casi termina en ahogamiento. Una mujer, vecina de Gijón de 48 años, ingresó ayer por la mañana en la uci del Hospital de Cabueñes, donde permanece con respiración mecánica pero consciente, tras sufrir un encharcamiento de sus pulmones. Un operario de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano (Emulsa) divisó el cuerpo de la mujer flotando en el agua y le practicó maniobras de reanimación al no detectarle constantes. Sin embargo, la Policía Nacional ya estaba pendiente de la accidentada desde mucho antes del suceso, puesto que había llamado la atención de los agentes por sus comportamientos poco cívicos.

Sobre las 09.00 horas de la mañana una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía avistó a la mujer, que estaba acompañada por un varón en el arenal de Poniente. Decidieron mantenerse al tanto puesto que manifestaba una actitud exhibicionista. De hecho, volvieron a pasar en una segunda ocasión por los alrededores de Poniente, percatándose entonces de que la vecina de Gijón, de 48 años, mantenía su comportamiento provocativo y para entonces ya enseñaba los pechos y se insinuaba a los viandantes.

Los agentes, dada la escasa afluencia de gente en la zona a una hora tan temprana y la ausencia de niños, decidieron no intervenir, pero optaron por mantener un mínimo seguimiento. Tras hacer una ronda hasta El Arbeyal y regresar a Poniente para vigilarla se encontraron con que un operario de Emulsa estaba sacando el cuerpo de la víctima del agua. Tenía líquido en los pulmones y presentaba síntomas de ahogamiento. Al no detectarle constantes vitales, el trabajador de Emulsa procedió a practicarle técnicas de reanimación. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se acercaron al lugar para asistir a la víctima y avisaron a los servicios sanitarios, que terminaron llevándose a la vecina de Gijón al Hospital de Cabueñes, donde ingresó en la uci.

Los testigos de los hechos presenciaron, antes del grave accidente, escenas fuera de lo normal por el extraño comportamiento que mantenía la mujer. De hecho, el operario de Emulsa que la asistió contó a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que había visto a la mujer «llenando una botella con agua salada que luego se bebía» y cómo «se tiraba en plancha al mar».

Todos esos comportamientos terminaron en grave accidente y con la víctima ingresada en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Cabueñes, donde permanecía ayer intubada y conectada a ventilación mecánica, aunque consciente. Sus familiares pudieron localizarla, aunque la mujer tiene grandes dificultades para comunicarse puesto que no puede hablar.

La víctima tuvo fortuna al ser avistada a tiempo por el trabajador de Emulsa, puesto que el servicio municipal de salvamento y vigilancia de la playa de Poniente no inicia su turno hasta las doce del mediodía. De ahí que fuese la Policía Nacional, que ya estaba al tanto de la mujer por su exhibicionista comportamiento, la que tuviese que intervenir una vez se percató de su grave estado.