Susana F. SERRÁN

El nombre de Jesús González Alonso es posible que sea inmediatamente reconocido por pocos gijoneses. Y menos aún los ajenos a la música. Sin embargo, detrás se halla un prodigioso pianista local reconocido como el primer español que formó parte de la prestigiosa Escuela Superior de Música de Viena. Desde su casa familiar en la calle Covadonga, González Alonso (1946-1988) invirtió desde los cuatro años numerosas horas de estudio de piano. Su pasión por el instrumento y su perseverancia fueron esenciales ingredientes para que el asturiano pasase a la historia como uno de los mejores intérpretes españoles que ha dejado discípulos que ahora recorren el mundo. Veinticuatro años después de su fallecimiento, su hermano Óscar González se ilusiona al ver que la XIII Edición del Festival de Piano de la villa, que esos días se celebra en Gijón, lleva su nombre.

«Estamos valorando siempre a pianistas extranjeros y nunca a lo de aquí. Menos mal que en esta edición del certamen se acordaron de que hubo un pianista internacional en Gijón», afirmó Óscar González. Con mucho cariño, Óscar recuerda a su hermano como un niño superdotado al que se le daban muy bien los idiomas y al que los curas del Corazón de María, colegio donde estudió, lo tenían «en palmitas». «Era un niño prodigio porque, además del piano, sacaba en todo matrículas de honor». También fue muy querido entre los frailes de la villa porque fue organista durante muchos años en la iglesia de San Lorenzo.

Procedente de una familia con raíces campesinas en Villaviciosa, los padres de González Alonso fueron los que inculcaron en su hijo la magia de la música; también lo hicieron con su hermano, que aprendió piano, y su hermana Blanca, que actualmente es miembro de la Coral Polifónica Gijonesa. En realidad, la música inundó a toda la familia en todas sus ramificaciones. «El primer batería de "Los Ilegales", José David, es primo nuestro. Casi se le conoce más a él que a Jesús», sentencia Óscar González.

Alumno del compositor gijonés Enrique Truán, en la Escuela de Música de Gijón, a los siete años González Alonso se examinó de piano y solfeo en el Conservatorio Superior de Oviedo. Por aquel entonces el joven artista empezó a despertar el asombro de sus superiores. Fue entonces cuando Eladio de la Concha, que fue durante muchos años presidente de la Sociedad Filarmónica de Gijón, le dijo, según cuenta su hermano: «Tienes que dedicarte enteramente a la música porque tienes el mismo talento que Mozart».

Y así fue como González Alonso abandonó tierras asturianas para irse a los 14 años a estudiar Virtuosismo a Madrid, a las órdenes de José Cubiles. Dos años después se le concedió una beca para irse a estudiar a Viena, donde fue pupilo del maestro Hans Graf -periodo en el que vivió, paradójicamente, en la misma casa en que habitó Beethoven-. Pese a irse después a vivir a Fráncfort, volvió a Asturias siempre que pudo: «Cuando llegaban las vacaciones estaba deseando venirse a la playa de Merón. Echaba de menos a su tierra, y la fabada y el arroz con leche que le hacían en casa de las tías», comenta su hermano Óscar.

Maestro de José Ramón Méndez, fundador del Festival de Piano, el prodigioso pianista tocó por todo el mundo en famosas orquestas y logró alzarse con el segundo premio «Paloma O'Shea» (Santander), uno de los certámenes de piano de más alto nivel. Debido a su repentino fallecimiento, a los 41 años, Jesusín, como se lo conocía familiarmente, no se vio suficientemente reconocido en vida. Apenas algunas distinciones, como la que le dio LA NUEVA ESPAÑA en los años ochenta. «Esperemos que ahora la ciudad de Gijón reconozca el talento de un artista que sacrificó su vida por la música», apunta su hermano, al que ni siquiera los años transcurridos tras su muerte han logrado mitigar el orgullo que sigue sintiendo.

El pianista italiano Alessio Bax ofreció ayer un concierto en el teatro Jovellanos dentro del programa del XIII Festival Internacional de Piano de Gijón «Jesús González Alonso». El joven intérprete deleitó a los asistentes con piezas de Brahms, Rachmaninov y Liszt. Bax -en la foto, durante el recital- es discípulo de Joaquín Achúcarro y profesor de Piano en la Universidad de Dallas.