Pablo TUÑÓN

No todo lo que se retira de la mesa tiene que ir directamente a la basura. De hecho, puede ir, aunque no directamente sino con unos cuantos retoques, a las bocas de los paladares más exigentes. Muestra de ello fue el concurso «Resaborea» de recetas con sobras, organizado por Cogersa, dentro de su campaña «Hogares residuos cero», y el Centro Integrado de Formación Profesional de Hostelería y Turismo, que ayer eligió a su ganadora: Indirath Coronado, con su quiche de pollo con champiñones y queso.

Quiche, compota o tarta. De numerosas formas se pueden aprovechar las sobras de una comida. «En un encuentro familiar de varios comensales muchas veces quedan restos aprovechables», explica Luis Alberto Martínez, profesor de cocina de la Escuela de Hostelería, donde el jurado deliberó ayer, probando las cuatro recetas seleccionadas para la final entre las veintinueve que se presentaron al certamen.

Dos de ellas eran dulces. Mari Flor Ortiz llegó a la final con una tarta que intercala frixuelos y arroz con leche, culminada con una capa de caramelo. «Son los frixuelos y el arroz con leche de toda la vida. Se me ocurrió un día que me había sobrado arroz con leche», cuenta Ortiz. Por su parte, María Jesús Montes consiguió meter su receta, un dulce de sandía, entre las cuatro finalistas. «Me pasó la idea una amiga. El secreto está en hacerlo poco a poco y no se tira casi nada de la sandía. Se pone a cocer al mínimo durante cuatro días y unas cuatro horas al día», explica Montes. En su receta se aprovecha la parte blanca de la sandía y lo que quede de la pulpa roja mezclándolo con mucho azúcar. Se cuece todo para que quede con una textura de confitura.

Las otras dos propuestas que eligieron los profesores de la Escuela de Hostelería entre las veintinueve presentadas son a base de carne y pescado. Marce López alcanzó la final merced a su boni-burger, una hamburguesa de bonito y langostinos. «Me sobró un día media rodaja de bonito y unos pocos langostinos y se me ocurrió juntarlo todo», cuenta el ingenioso cocinero, que troceó el bonito y los langostinos y los mezcló. Le añadió unos trozos de pan con nata y fabricó así su singular hamburguesa. «Es mejor freírla con un poco de aceite que a la plancha, porque al ser productos ya cocinados se evita que se sequen», señala Luis Alberto Menéndez.

Por último, la receta ganadora, de Indirath Coronado. «La base es pollo guisado que me quedó de una comida», cuenta. Un pollo que, acompañado de champiñones y queso, se presenta en forma de quiche. «Aproveché también trozos de queso que me quedaban y utilicé una lata de champiñones», asegura su creadora.

Las recetas fueron cocinadas por alumnos de segundo curso del grado medio de cocina respetando por completo las enviadas por los participantes. Estudiantes de segundo de Servicios y Restauración sirvieron los cuatro platos al jurado, conformado por cuatro personas del público y presidido por Irma Argüelles, coordinadora del programa. Sus miembros dieron la puntuación más alta al quiche de pollo, cuya creadora, la gijonesa Indirath Coronado, se mostró emocionada tras saberse ganadora.

«No me lo esperaba. Soy cocinera titulada, pero por un accidente que me dejó mal la mano, no puedo trabajar en ello. Pero sigo cocinando en casa y para mis amigos», cuenta la triunfadora. Además, recibió como premio 500 euros. «Me hacen mucha falta porque mi hija quiere irse a estudiar inglés y le prometí que si conseguía este dinero, era con ese fin. Esto es para mi hija», dice orgullosa Coronado.

Los otros tres finalistas tampoco se fueron de vacío. Se llevaron un diploma y una invitación para dos personas para comer en el restaurante de la Escuela de Hostelería. En la entrega de premios estuvieron presentes Paz Orviz, directora general de Sostenibilidad y Cambio Climático del Principado; Santiago Fernández, gerente de Cogersa; María José Fernández, directora de la Escuela de Hostelería y Turismo, y representantes de Emulsa. Todos ellos fueron testigos de lo que se puede hacer con las sobras. Su destino no tiene por qué ser la basura. Sólo hace falta imaginación.

Boni-burger

Se trocean sobras de bonito y langostinos para hacer una hamburguesa con especias y trozos de pan mojados en nata. Se fríe con poco aceite.

Tarta de frixuelos y arroz con leche

Se aprovecha el sobrante de arroz con leche intercalándolo con frixuelos. Se cubre con azúcar caramelizado.

Quiche de pollo

Se añaden champiñones y queso a las sobras del pollo guisado. Se introduce todo en un quiche, que se mete al horno cubierto de queso.

Dulce de sandía

Se aprovechan la zona blanca y los restos de la pulpa de sandía. Se cuecen a fuego lento con azúcar para hacer una confitura.