M. CASTRO

Mary River es el mayor yacimiento de hierro de alta calidad del mundo: Unos 860 millones de toneladas de mineral con una pureza del 66%, del que las tres cuartas partes no precisará tratamiento previo en un sínter para fundirse en los altos hornos. Su ubicación en la isla de Baffin (Canadá), está casi 2.000 millas naúticas más próxima a los puertos europeos que las minas brasileñas que ahora suministran a la siderurgia europea. Sólo hay un problema. El yacimiento está 480 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico y el puerto de embarque se construirá en una bahía que permanece cuatro meses al año separada de mar abierto por 900 millas de hielo. El Musel tuvo la oportunidad de aprovecharse de esa circunstancia cuando la empresa estudió acumular en un puerto del Atlántico el hierro durante los meses del deshielo, para luego redistribuirlo. La opción quedó descartada el pasado mes de febrero por inviable. Ahora las autoridades canadienses han dado el visto bueno medioambiental al proyecto para realizar envíos directos todo el año con modernos graneleros que son a la vez rompehielos, que era la alternativa principal de la empresa.

El negocio era jugoso para El Musel si hubiese estado preparado para ello y hubiera sido viable económicamente. La empresa propietaria de la mina Baffinland Iro Ore (participada al 75% por ArcelorMittal) enviará a Europa durante varias décadas millones de toneladas de hierro. Inicialmente 21 millones de toneladas anuales y 30 millones a medio plazo. Ese hierro llegará a Europa a partir de 2015, cuando concluyan los preparativos para abrir la mina y construir un puerto en la ensenada de Steensby, por el que saldrá la mayor parte del mineral.

Con la ampliación portuaria sin estar plenamente operativa, los tráficos escasos por la crisis y la deuda disparada por los sobrecostes de la obra de ampliación, el proyecto para transbordar el hierro de Baffin se presentaba como un claro por el que salir de la tormenta. Responsables de ArcelorMittal y de El Musel mantuvieron el año pasado conversaciones sobre el acopio y transbordo del mineral de Baffinland. La empresa minera también había estudiado la posibilidad de construir un puerto propio o comprar instalaciones en otros lugares. Un alternativa aparentemente obvia, como el puerto de Rotterdam, que es el mayor nudo logístico del mundo, era problemática. Eso era debido al intenso tráfico portuario en Rotterdam es uno de los principales vectores de distribución de especies invasivas por los mares del mundo y el proyecto de Baffinland afecta a un área natural prácticamente virgen y sensible, como es el Ártico.

El Musel ofreció a Arcelor las instalaciones de EBHISA, con una capacidad de descarga anual máxima de 17 millones de toneladas y superficie para almacenar 1,55 millones, capacidades usadas en su mayor parte ya por las industrias locales. La oferta no encajaba con el proyecto de transbordos de Baffinland, que requería una terminal capaz de mover hasta 30 millones de toneladas anuales. El Muelle Norte de la ampliación de El Musel sí dispone de superficie para instalar una terminal que se aproximara a esas exigencias, aunque eso no se llegó a tratar.

En cualquier caso, Baffinland acabó desechando hace meses la alternativa del trasbordo, por el coste de comprar o construir una terminal y los mayores costes logísticos por el mayor número de barcos necesarios y el movimiento de la mercancía. La compañía defendió ante las autoridades canadienses el envío directo a sus destinos del mineral, embarcándolo durante todo el año en graneleros rompehielos. El pasado 14 de septiembre las autoridades canadienses dieron el visto bueno al proyecto minero de Mary River, que incluye navegar durante todo el año por aguas árticas.

La filial de Arcelor empleará en este proyecto10 barcos capaces de transportar 190.000 toneladas de hierro a través de aguas cubiertas por hielo de hasta 1,7 metros de espesor. Los barcos llevarán directamente a su destino el mineral, sin trasbordo. Los cuatro primeros buques ya se están construyendo en Corea. Ese será el mineral que preferentemente alimente en los próximos años los hornos altos de Arcelor en Veriña, si la multinacional los mantiene, sustituyendo al hierro brasileño.