Pablo TUÑÓN

Antonio Insúa y María Dolores Muñiz, el matrimonio fallecido el martes en el apeadero de tren de Villabona-Tabladiello, fueron despedidos ayer con una misa funeral en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en La Calzada, donde ambos residieron durante las últimas décadas de su vida. José Antonio Álvarez, párroco de Fátima, calificó el accidente de «drama» antes de mostrar todo su «apoyo y cariño a la familia en este momento tan triste».

Durante el acto religioso, además de amigos y vecinos del matrimonio, que residió a lo largo de su vida en Serín, Guimarán (Carreño) y La Calzada, acudieron compañeros y amigos de sus dos hijas, María del Carmen y Ana Rosa. María del Carmen es jefa del área social de Cocemfe-Asturias, cuya presidenta, Mónica Oviedo, estuvo presente ayer en el templo de La Calzada. Además, numerosos empleados de El Corte Inglés, donde trabaja Ana Rosa, arroparon asimismo a la familia.

José Antonio Álvarez también hizo mención al hecho de que Antonio Insúa, de 82 años, y Mª Dolores Muñiz, de 86, se dirigían al cementerio en el momento del accidente, y que posiblemente se equivocaron de apeadero, lo que les llevó a intentar retroceder por las vías. «Qué cosa más bonita ir al cementerio a poner flores, limpiar y a echar unos rezos. Y la vida, sin embargo, da estos trompazos. Pero estamos de paso en este mundo y Dios nos quiere para toda la eternidad», proclamó el párroco. Los féretros fueron trasladados al cementerio de Serín, donde ambos recibieron cristiana sepultura. Sus restos descansan así junto a los familiares de María Dolores Muñiz, muy querida en Serín.