J. L. ARGÜELLES

Vicepresidente primero del Congreso entre 1996 y 2000, diputado durante cuatro legislaturas y secretario de Estado de Inmigración en el segundo Gobierno de Aznar, Enrique Fernández-Miranda y Lozana asegura que ahora es un simple militante de base del Partido Popular (PP) al que le preocupan, y mucho, la deriva del Principado (nació en Gijón en 1949) y los problemas -no sólo los económicos- a los que se enfrentan los españoles. «Me encantaría poder contribuir a la unión de la derecha asturiana», manifestó ayer, tras señalar que «ni contempla, ni deja de contemplar» su posible participación en la vida política de su comunidad natal.

«Tiendo a la negociación», explicó el político y médico, presidente de la Fundación Pricewaterhouse Coopers España, conocedor de las disensiones del centro-derecha asturiano y de la ruptura que encabezó Francisco Álvarez-Cascos: «Las divisiones nunca son buenas». El también duque, que heredó el título de su padre, Torcuato Fernández-Miranda, a quien algunos historiadores consideran como el autor intelectual de la reforma que puso en marcha la transición española a la democracia, dejó claro que, a su juicio, «Asturias necesita un rescate político». «Hay que reinventarla desde el centro-derecha; los demás ya lo han intentado con resultados nada positivos», indicó, en referencia al PSOE e IU. «Ha sido diseñada desde la izquierda, con un modelo de subvenciones que nos ha llevado al fracaso», añadió.

Fernández-Miranda volvió ayer al Ateneo Jovellanos, una de las obras de su padre en Gijón. Antes de pronunciar una esperada conferencia que tituló escuetamente «Responsabilidad social», el duque conversó durante casi una hora con un grupo de periodistas. Se mostró preocupado por la acentuación de las tensiones territoriales, incluido el alineamiento de Artur Mas, presidente de la Generalitat, con posiciones directamente independentistas. «La mayoría de los españoles no queremos una Constitución con la que fuera posible la secesión», afirmó, aunque posteriormente matizó que estaría dispuesto a aceptar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, pero en el que se pregunte a todos los españoles, no sólo a los catalanes. «No me molesta que sea conforme a la ley», precisó.

El político asturiano, especialista médico en cirugía general y en traumatología, además de profesor de Cirugía en la Facultad de Medicina de la Complutense, dio algunas ideas para lo que describió como la «reinvención de Asturias», una apuesta que lleva implícita, según expresó, la «apología de la sociedad civil» y un crecimiento económico «sostenible y apoyado en los emprendedores». «¿Alguien piensa en la "marca Asturias" y en cómo le está afectando la conflictividad?», se preguntó, en referencia a las crecientes movilizaciones en distintos sectores, incluida la larga protesta que protagonizó la minería.

Fernández-Miranda lanzó una propuesta para una «alianza cantábrica» que dote a las comunidades del norte de un instrumento de colaboración interregional que permita abaratar infraestructuras o movilizar recursos en común en favor del turismo. Sugirió, por ejemplo, la posibilidad de «aprovechar el tirón de Fernando Alonso» para algún proyecto de formación profesional relacionado con el motor.

«Me gusta estar en Asturias, con la que hay siempre un componente sentimental importante», explicó. Para Fernández-Miranda es importante abrir una reflexión sobre las vías para avanzar hacia una sociedad más tolerante, sostenible y que genere riqueza. Según considera, el Principado está en una situación, con el nuevo Gobierno socialista que preside Javier Fernández, alejada de ese modelo de «crecimiento sostenible y apoyado en los emprendedores».

Tirando de su formación profesional, Fernández-Miranda abogó por un «tratamiento» que incluya la «solidaridad y empatía hacia los demás», una educación que incluya la formación bilingüe, partidos políticos más transparentes y sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores. Reclamó, en su receta, pensadores que «aporten soluciones» y medios de comunicación al servicio «de la verdad».