M. CASTRO

Algo más de diez millones de euros. Ésa es la cantidad que la Autoridad Portuaria de Gijón espera conseguir por desprenderse de la terminal de graneles sólidos, EBHISA, de la que posee el 68,8% de las acciones. La privatización de la principal terminal de El Musel se completará con la enajenación de las tres grúas-pórticos y el sistema de cintas, que el Puerto alquila a EBHISA por otros 30 millones de euros, una enajenación obligada por Puertos del Estado.

La Autoridad Portuaria de Gijón soporta una deuda de 465 millones de euros por la obra de ampliación. De esta cantidad, 250 millones los prestó el Banco Europeo de Inversiones y otros 215 Puertos del Estado, para hacer frente a los sobrecostes. A consecuencia de este último préstamo, la Autoridad Portuaria está intervenida económicamente por el organismo central, que puso como condición para el préstamo la venta de todo el patrimonio de la Autoridad Portuaria que no fuera imprescindible para la operativa portuaria. Las ventas del patrimonio se harán de manera escalonada entre 2013 y 2016, y si el Puerto obtiene los precios que calcula para sus bienes, podrá reducir su deuda en 56 millones de euros.

Las ventas más significativas, tanto por el monto económico como por la trascendencia para el futuro portuario, son las que tienen que ver con la terminal de graneles sólidos, EBHISA, que es la única gran terminal que permanece en manos públicas en España y la vía de entrada de las materias primas para los hornos altos de Arcelor-Mittal en Veriña. La terminal granelera movió en 2011 el 68% de las toneladas que pasaron por el puerto gijonés, cifra que alcanzó el 80% en sus años de mayor actividad.

El precio de venta del paquete accionarial de El Musel en EBHISA se ha hecho basándose en una tasación que estima el valor de la terminal granelera en 15 millones de euros, por lo que el 68,8% de las acciones supondría alrededor de 10,3 millones. En esta tasación se tuvo en cuenta la concesión del muelle Marcelino León hasta 2029, pero no las posibilidades de expansión de la terminal hacia la zona de la ampliación, en la que ya está operando mediante una autorización temporal.

La enajenación se debería completar en tres años, conforme a la hoja de ruta pactada por El Musel y Madrid. En 2013 saldrá a la venta el 17,8% de las acciones, por 2,67 millones de euros; en 2014, el 25%, con lo que la Autoridad Portuaria perderá la mayoría y el control de la terminal, y en 2015, el 25% restante.

La privatización se completará en 2016 con la venta por parte de la Autoridad Portuaria a EBHISA de las tres grúas-pórtico y el sistema de cintas y maquinaria que usa la terminal, pero que son propiedad del Puerto. El precio estimado para la venta de estas instalaciones es de 30 millones de euros, un precio intermedio entre los 40,7 y los 19,5 millones de dos tasaciones encargadas en 2011 por el Puerto y EBHISA.

La venta de esas instalaciones tendrá dos derivadas. Por un lado, EBHISA se ahorrará el pago a la Autoridad Portuaria de unos 5 millones de euros anuales, con lo que la empresa amortizaría la inversión en seis años (de los 7 millones de tasa de ocupación que EBHISA paga al año, unos 5 son los que tienen que ver con obras e instalaciones y el resto por la ocupación de los terrenos).

La segunda cuestión es más confusa debido a los cambios legales que promueve la UE sobre la estiba. EBHISA puede manejar los pórticos con personal propio, sin recurrir a los estibadores, debido a que la ley excluye del servicio de estiba a las instalaciones del propio puerto. De hecho, para evitar recurrir a estibadores, EBHISA revendió al Puerto el tercer pórtico que había adquirido en 2003. No obstante, esta situación puede cambiar en el medio plazo, después de que Bruselas haya instado a España a liberalizar el sector de la estiba, lo que permitiría a las empresas contratar a su propio personal.

La venta de EBHISA, de materializarse con esas previsiones, se enajenará a un precio sustancialmente inferior al que había previsto el Puerto en 2010, cuando encargó a la consultora británica EC Harris su venta por 150 millones de euros. Aquel precio de salida bajó en una segunda etapa a 70 y luego a 50 millones, sin que ni siquiera entonces se lograra concretar alguna oferta.

Además de EBHISA y sus instalaciones, la Autoridad Portuaria también va a vender edificios y parcelas. En 2013 pondrá a la venta su sede actual frente al puerto deportivo, un inmueble con unos 3.000 metros cuadrados construidos y con una pequeña parcela para aparcamiento frente al mismo, por el que el Puerto espera ingresar 5 millones de euros. El otro edificio noble de la Autoridad Portuaria, la «Quinta la Vega», saldrá a la venta en 2014 por indicación de Puertos del Estado, contrario al criterio de los gestores de El Musel de conservar ese inmueble.

La otra parte de su patrimonio que la Autoridad Portuaria pondrá en venta para enjugar parcialmente su abultada deuda son las parcelas que posee junto a la urbanización de Poniente y en Jove.

En el primer caso se trata de 59.301 metros cuadrados del solar que antiguamente ocupaba Naval Gijón (los 20.097 metros cuadrados restantes son propiedad de Pequeños y Medianos Astilleros, Sociedad de Reconversión), por los que la Autoridad Portuaria contempla ingresar otros 5 millones de euros, lo que supone valorar el metro cuadrado en más de 84 euros. La Autoridad Portuaria ya mantuvo contactos en 2009 con el Ayuntamiento de Gijón para facilitar esa operación. La construcción de oficinas para un parque empresarial en ese solar o la recalificación para edificar viviendas en el mismo son las dos alternativas para lograr beneficios de esos terrenos desocupados tras el cierre del astillero gijonés. La recalificación fue rechazada por el Ayuntamiento en las alegaciones que formularon el Puerto y Pymar al PGO en 2010. La parcela de Jove también saldrá a la venta en 2013.

La venta de todo el patrimonio portuario previsto para 2013 suma alrededor de 14 millones de euros.