M. CASTRO

«Uno de los caminos para la supervivencia de las empresas es su internacionalización», explicó ayer en la Quinta la Vega Manuel Ángel del Cos, director de la zona de Gijón de BBVA, en la jornada que acogió sobre la internacionalización de la empresa familiar asturiana. Con España en recesión y el consumo interno cayendo, a las empresas asturianas no les queda otra que ir a los mercados exteriores para crecer, mantener su nivel de ventas o amortiguar la caída. Este hecho es el que explica el fuerte crecimiento, pero desequilibrado, de las líneas de contenedores que operan en El Musel: en lo que va de año, el embarque de mercancías en la terminal de contenedores de Gijón ha crecido ocho veces más que las descargas.

El dato lo facilitó ayer el director de la comunidad portuaria, Adriano Cadrecha, en su charla ante más de medio centenar de empresarios que acudieron a la jornada. El año 2012 está siendo «el del gran boom de las exportaciones en contenedores a través de El Musel», que se han incrementado en lo que va de año en un 60% respecto al mismo período de 2011, mientras que las importaciones contenerizadas han crecido sólo un 7%, explicó.

En conjunto, por El Musel habrán pasado 38.670 teus (contenedores de 20 pies o equivalentes) en los diez primeros meses de 2012, cifra que representa un incremento del 38,67% sobre la del año pasado.

Cadrecha apuntó que el objetivo del Puerto es acabar este año aumentando su cuota de mercancías en Castilla y León en un 15% y en un diez por ciento entre las pequeñas empresas asturianas. La estrategia incluye ofrecer un nuevo servicio de grupaje de carga, para facilitar los flujos comerciales con el extranjero de las pequeñas empresas asturianas.

Ese servicio no dependerá de la Autoridad Portuaria, sino de una firma asturiana que aspira a ofrecer mensualmente envíos agrupando palés de mercancía de empresas que no llenan un contenedor por sí solas. Inicialmente se establecerá con puertos de países hispanoamericanos, para enviar productos típicos de la región para las comunidades asturianas en esos países. También cabe la posibilidad de que del mismo se beneficien ya en esa etapa industrias. La idea es extender posteriormente ese servicio a las pequeñas empresas con envíos a otros puntos del planeta, como China, país que cuenta con 300 millones de personas con poder adquisitivo medio o alto, que demandan productos de gourmet.

Cadrecha no sólo ofreció a los empresarios las líneas de contenedores, sino que también los animó a que «exploremos las posibilidades del mercado en la zona de Bretaña, el Loira y la Baja Normandía» a través de la Autopista del Mar, línea que al igual que las de contenedores tiene mayor demanda para exportar que para importar.

El directivo portuario repasó el crecimiento en el tráfico de contenedores por El Musel, que hoy cuenta con cinco servicios semanales prestados por 10 operadores. En 2005, relató, el puerto gijonés estaba conectado directamente o mediante transbordos con 30 países y por el mismo se exportaban o importaban 106 productos distintos. En 2011 las conexiones alcanzaron 303 puertos de 109 países, a los que iban o desde los que llegaban 532 productos distintos. Gran parte de ese crecimiento se hizo a base de arrebatarle tráficos a los puertos de Barcelona y sobre todo Valencia, que antes eran los más utilizados por «muchas empresas asturianas».

Una de las incorporaciones de destinos más recientes han sido los puertos de Vancouver (Canadá), Seatle y Los Ángeles (EE UU) y Manzanillo (México), en un viaje que dura de 42 a 48 días vía Rotterdam. Ese servicio lo prestan las alemanas Hupag-Lloyd y HamburgSüd.