Hace tres meses que Pablo Romero no paga la hipoteca con la que compró un piso en El Llano y teme que «cualquier día» le quiten su casa. «Estoy cobrando el subsidio de desempleo y no puedo hacer frente a las facturas, son demasiado altas», se lamenta este ecuatoriano que aún tiene la esperanza de que la financiera que le concedió el crédito para la compra del inmueble en el que vive con su mujer y sus hijos «negocie con nosotros». Afortunadamente, la mujer de Pablo Romero sigue trabajando.

Hace 14 años que este ecuatoriano de 37 años llegó a España, en una situación económica completamente distinta a la que sufre actualmente. «Hice aquí mi familia, viví en Madrid y luego vine a Asturias y decidí comprar el piso porque estábamos trabajando tanto mi mujer como yo y era un buen momento», concluye.