C. JIMÉNEZ

«El modelo turístico de Gijón no da más de sí». Lo dicen los profesores del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Hostelería y Turismo de Gijón, que inició su andadura como tal en marzo de 1996; aunque es a partir del año 2006 cuando pasa a formar parte de la red de centros integrados de la Consejería de Educación del Principado. El de Gijón es el centro público de referencia de la familia profesional de Hostelería y Turismo en esta comunidad autónoma que, además, ha vivido muy de cerca la transformación de Gijón de ciudad industrial en ciudad de servicios. «Quizá deberíamos potenciar más la promoción fuera de Asturias», señalan los profesionales del centro a la vista de los últimos datos turísticos del municipio, coincidiendo así el diagnóstico realizado el día anterior a través de las páginas de este diario por el director de Sistema de Información Turística de Asturias, Luis Valdés, quien señalaba como uno de los puntos débiles del modelo local la presencia mayoritaria de un turismo nacional frente al extranjero.

En el CIFP de Hostelería y Turismo de Gijón se ofrece Formación Profesional inicial (presencial y a distancia) y Formación para el Empleo (para empleados y desempleados). Además cuenta con formación bilingüe y participa en los programas europeos «Erasmus» y «Leonardo». «Los hosteleros siempre han valorado positivamente la formación de nuestro alumnado, de hecho en muchas ocasiones recurren a nuestra bolsa de trabajo para cubrir sus necesidades laborales, pero en ocasiones se da la paradoja que es un sector en el que se contrata a personal sin formación o baja cualificación», señala la directora, María José Fernández Campos. Por este motivo, la demanda lógica de los formadores pasa por «repensar» el actual modelo turístico. «Quizá se deberían crear nuevos recursos turísticos que aporten un valor añadido y que sean un revulsivo para el sector», apuntan. Para ello, insisten en que resulta primordial contar con las aportaciones de las empresas e instituciones. No obstante, entienden que entre los puntos fuertes de la ciudad se encuentran la mejora experimentada en los últimos años en la oferta hotelera, la diversificación de la oferta y de las actividades de cultura, ocio y deporte, así como las nuevas fórmulas de turismo como, por ejemplo, el gastronómico, un modelo a impulsar a futuro.

En su centro, referente en la formación en hostelería en la región desde hace varias décadas, han notado que desde hace dos años llegan para formarse personas con una larga trayectoria académica y profesional, incluso a nivel directivo, que debido a la crisis se han quedado en paro y explorando en el mercado laboral se han dado cuenta que las profesiones de hostelería y turismo «siguen teniendo posibilidades laborales».

Su objetivo como centro educativo es seguir manteniendo e incrementando su oferta formativa bajo el patrón de la calidad y «teniendo en cuenta las necesidades del sector». Todo bajo la máxima de «potenciar la calidad sobre la cantidad». Para futuro, una vez superada la incertidumbre económica actual, plantean una serie de enseñanzas. Si se puede sacar algo en positivo de esta crisis es que «como en cualquier sector productivo también en el nuestro se produjeron excesos», reconoce María José Fernández, «pero es importante tener en cuenta que las crisis suponen siempre una situación de cambio». Una de esas enseñanzas que apuntan desde la Escuela de Hostelería de Gijón es «la necesidad de planificar más y mejor».

La bajada en el turismo de congresos y ferias en la ciudad se observa como una tendencia «lógica» por parte de los profesores del centro, pues ante esta coyuntura económica las empresas reducen su presupuesto para ese tipo de actividades, lo que repercute directamente en el turismo profesional, argumentan.