Madrid, Modem Press

«Estoy dispuesto a seguir hasta el final, y si no hay una solución, me veréis morir aquí en la puerta». A José Ramón González, el empresario gijonés que inició ayer una huelga de hambre ante la sede de Feve en Madrid para reclamar el pago de 75.000 euros a su empresa, Barnizados Unión, S. L., por los trabajos de rehabilitación de vagones del tren «Al-Ándalus», no le satisficieron las explicaciones que el presidente de la compañía ferroviaria, Antonio Aguilar Mediavilla, le ofreció durante la hora en la que, merced a la intermediación de la senadora gijonesa del PP Laura Sampedro, estuvieron reunidos ayer.

«Nosotros», relató el presidente de Feve, «pagamos este trabajo en octubre a la empresa que ganó el concurso para la rehabilitación de los vagones del "Al-Ándalus", Fenit Rail, y a partir de ahí, aunque comprendemos la reclamación de José Ramón, poco más podemos hacer legalmente, porque Fenit Rail está en concurso de acreedores y ya serán el administrador concursal y el juez quienes decidan cómo, cuándo y en qué orden cobran los acreedores.

Feve concedió a Fenit Rail (empresa participada por Feve, que cuenta con el 37% del capital de la misma) la modernización y rehabilitación de varios vagones del tren de lujo «Al-Ándalus». Fenit Rail subcontrató a su vez a una empresa de Gijón, Corzo Ebanistería, para la realización del trabajo, y esta última compañía subcontrató con Barnizados Unión, S. L. y con Tapicería Cecris. Hoy, Corzo Ebanistería ha quebrado y está liquidando todo su patrimonio por la deuda de 114.000 euros que le dejó Fenit Rail, que también está en concurso de acreedores, y Barnizados Unión S. L. y Tapicería Cecris reclaman cobrar su deuda, de 75.000 y 15.000 euros, respectivamente.

«Ya advertí el pasado mes de mayo mediante un burofax a Feve», argumenta José Ramón González, «de lo que estaba ocurriendo con Fenit Rail, aunque ya lo sabían de sobra porque Feve es el máximo accionista de Fenit Rail, y no se me hizo caso. Entonces se podía haber solucionado el problema, pero no se quiso y ahora han puesto al borde del abismo a varias empresas y a unas cuantas familias. Es inadmisible». Ante estas argumentaciones, el presidente de la compañía ferroviaria, tras repetir que «llevo en el cargo tres meses», respondió diciendo que «nosotros pagamos cuando nos lo dijo el administrador judicial que lleva el proceso concursal de Fenit Rail, en el mes de octubre, y a partir de ahí nada más podemos hacer».

Estas explicaciones no dejaron satisfecho a José Ramón González, quien, casi con lágrimas en los ojos, clamaba al cielo: «No sé dónde está mi dinero, pero sí sé dónde está mi trabajo. Al final lo que hemos hecho es financiar al Estado un tren de lujo. Es una vergüenza. ¿Por qué Feve no garantizó los pagos a los subcontratados de Fenit Rail cuando le advertimos de que no estábamos cobrando? Feve adjudicó el concurso a Fenit Rail, de la que es accionista, sabía cómo estaba esta empresa... Por eso, para mí, Feve es el máximo responsable y a quien reclamo el dinero que me deben».

José Ramón González había llegado a la puerta de la sede central de Feve, sita en el número 6 de la calle General Rodrigo, en el distrito de Moncloa-Argüelles, pasadas las siete horas de una gélida mañana en la que los termómetros marcaban dos grados bajo cero. «Me da igual el frío», explicó, «yo ya estoy helado desde la primavera pasada porque no me pagan mi trabajo». Pertrechado con una gran pancarta en la que exige a la empresa ferroviaria el cobro de la deuda, con apenas un saco de dormir, una hamaca, ropa de abrigo, unas botellas de agua, otras cuantas de bebida isotónica y la foto de su hijo Sergio, de 11 años -«es por el que lucho y quien me da fuerza»-, José Ramón se instaló en la puerta de acceso a las oficinas de la compañía, donde despertó la curiosidad de los viandantes, muchos de los cuales le mostraron su solidaridad y no dudaron en darle ánimos.

Todo será poco para un hombre al que, como él mismo dijo ayer, «me están hundiendo la vida, pero voy a pelear hasta el final».