C. J.

«Para ser un buen ingeniero la carrera te prepara bastante bien pero tienes que diferenciarte en algo», aconseja Diego Berrueta Participar en programas «Erasmus», certámenes universitarios u otras iniciativas permiten «no encallarse en tratar de ser muy bueno en una sola cosa», advierte.

En su caso, afirma, la ingeniería informática es absolutamente vocacional. «Con diez años me regalaron mi primer ordenador Spectrum, me parecía más fácil descubrir mis propios juegos que jugar con los de otros. Lo mío con la programación viene de atrás», confiesa.

Tanto él como David Hernández se reconocen afortunados de poder completar su desarrollo profesional en una empresa internacional como Atlassian que el pasado verano inició en Europa un proceso de reclutamiento de personal. Ellos fueron dos de los 15 ingenieros seleccionados en el continente europeo. «Eso quiere decir que hay una diferencia importante con respecto a la valoración que tenemos los ingenieros en España», argumentan.

Aunque la empresa no tiene abierto ningún proceso de selección en este momento animan a los estudiantes a no perder la esperanza pues Atlassian crece a un ritmo de un 30 por ciento por año y en tres ejercicios podrían necesitar otros 500 profesionales más para sumar al medio millar que ya tiene distribuido entre sus oficinas de Sidney, San Francisco y Amsterdam.

«En Australia no existe cantera de ingenieros y tienen que salir fuera», cuenta Berrueta. Su experiencia, «más allá de Pajares» prueba que también en el ámbito de la ingeniería de software es posible forjarse un carrera profesional.