En la sala de recepciones del Ayuntamiento de Gijón se celebró ayer por la tarde el acto de presentación del libro que recoge la biografía de José Luis Álvarez Margaride. Varios volúmenes primorosamente editados, puestos en vertical sobre la mesa protocolaria exhibían la sonrisa del hombre cuya trayectoria humana y empresarial ha dado lugar al magnifico trabajo de Agustín Guzmán Sancho. En realidad, creo que desde su eventual punto de perspectiva, José Luis Álvarez Margaride... Antonio Machado había dicho que «los ojos que estás mirando no son ojos porque los miras, son ojos porque te ven». Le mirábamos, sí, pero a su vez él estaba contemplando la numerosa concurrencia, hacía repaso de cariños, fidelidades y gratitudes. Era la suya una expresión satisfecha, una mirada dulce, unas manos cruzadas en actitud de serenidad y complacencia. Hola, José Luis. Sólo te faltaba estar en la historia de la literatura y ya lo has hecho. Bienvenido.

Presidieron el acontecimiento el concejal de Desarrollo Económico y Empleo, Fernando Couto; José Antonio Hevia Corte, presidente de Ideas en Metal, empresa patrocinadora del libro; Ramón Sotomayor Jáuregui, presidente de Thyssen Krup España; Roberto Álvarez Margaride, hermano del protagonista, y por último el autor de la biografía, Agustín Guzmán Sancho. Pero la grada no estaba menos nutrida de personalidades, ya que hicieron acto de presencia varios directivos de Thyssen Krupp, participantes a su vez de las jornadas SEAME, la convención anual que dicha empresa celebra en la Laboral y en el Centro de Innovación Tecnológica. Entre ellos, Miguel Ángel Valverde, director ejecutivo y estrecho colaborador de José Luis Álvarez Margaride; Ataúlfo Arróspide, ex director financiero, y Jesús Sanjurjo, director de recursos humanos. Respecto al propio Ayuntamiento, participaron los concejales Carmen Veiga y Rafael Felgueroso.

Según palabras de José Antonio Hevia Corte, entre las numerosas llamadas de adhesión de personas que no pudieron asistir al acto destacó la del ex ministro, catedrático y premio «Príncipe de Asturias», Aurelio Menéndez, marqués de Ibias; la del embajador de Alemania, Reinhard Silberberg, gran amigo de José Luis Álvarez Margaride, y la de su propia hija, Xana Kahle. Fue muy bonito el resumen que Hevia Corte hizo de la vida del homenajeado, al señalarlo como un paradigma de eficacia, tanto como estudiante, trabajador, y empresario. «Trabajaba mucho, pero nunca le faltó tiempo para los amigos. Amaba la vida, el arte, la familia y la cultura», dijo. Y añadió que en estos momentos se hacen muy necesarias personas como José Luis Álvarez Margaride. A su vez, el presidente de Thyssen Krupp, Ramón Sotomayor Jáuregui, manifestó el honor que le cabía al participar en un acto en memoria de este gijonés ilustre, «una persona clave en lo que hoy es Thyssen Krupp en España».

Como era de esperar, la intervención más larga correspondió al autor, Agustín Guzmán Sancho, que, fiel a su estilo no dejó que se le escapara una sola prenda de gratitud o de amistad. Dijo que un libro no lo hace sólo el que lo escribe, sino que en este caso contó con el diseño de Valentín Benavente, y la sobrecubierta de Luis Pereira, yerno de José Luis Álvarez Margaride. En el orden de dedicatorias, Agustín Guzmán Sancho quiso englobarlas en todos los amigos que acompañaron la vida del protagonista, como Álvaro Cuervo, Manuel Fonseca, Aurelio Menéndez, Javier Vega de Seoane y los 55 APQ'S, Philippe Anglade, Federico Sotomayor, José Ramón Álvarez Rendueles, Matías Rodríguez Inciarte, Claudio Boada, padre e hijo. Pedro de Silva y Paz Fernández Felgueroso, Rafael Loredo, José Antonio Hevia Corte... «El cuadro de su vida está acabado con esta biografía», concluyó.

«En este libro, magníficamente escrito, se habla de mi hermano, pero a mí me toca sentir», dijo Roberto Álvarez Margaride. Recordó sus palabras, ya ingresado en el hospital en Madrid -«Quiero seguir paseando por Gijón»-, para manifestar que, en efecto, sí lo hace, porque «actualmente pasea conmigo». Fue muy emotiva la evocación del momento en que se tiraron sus cenizas al mar, desde un barco a la altura de Lastres, donde parecía que los Picos de Europa estaban al alcance de la mano. Allí nació un poema cuyo inicio es: «Se hizo polvo el mar / y se convirtió en cenizas / el sol, el aire y la montaña erguida...». Lo firma Roberto Álvarez Margaride.

Cerró la sesión el concejal Fernando Couto, señalando el ejemplo de José Luis Álvarez Margaride, un hombre que partió de nada para convertirse en un gran empresario, con ingenio y esfuerzo, valor y sentido de la responsabilidad.

Rebosaba el salón de recepciones del Ayuntamiento... En el orden de mera amistad allí estaban Juan José Plans, Paulino Tuñón, Rafael Loredo; Juan Fontán comandante de Marina del Principado; Miguel Díaz-Negrete Sanz, Juan José del Campo Gorostidi, Roberto Díaz de Orosia, Ignacio López Aranguren, María Antonia Fernández Felgueroso, Juan Rionda, Carlos Roces, Félix Fernández, presidente del Club Natación Santa Olaya... Su gente, la de su ciudad.