R. GARCÍA

Dos camareras han denunciado en los Juzgados de Gijón el trato «vejatorio» al que se vieron sometidas durante las semanas que estuvieron trabajando en un bar de la ciudad. Las demandantes -una de ellas originaria de Senegal, la otra dominicana- aseguran que el que por aquel entonces era su jefe les obligaba a cambiarse la ropa en un cuarto en el que el acusado había instalado una cámara de seguridad para poder controlar a sus empleadas. El empresario no les dejaba «ni siquiera beber agua ni parar para comer nada en toda la jornada laboral, de más de doce horas».

Las víctimas aseguran además que trabajaban en el establecimiento sin contrato y que actualmente están despedidas, «pero aún tenemos muchas deudas con el dueño del bar». El acusado, que se niega a pagar a las trabajadoras, ya ha sido denunciado ante la Inspección de Trabajo y tendrá que comparecer ante los tribunales sociales de Gijón en los próximos días. «Trabajábamos cobrando en mano y sin Seguridad Social, nos pagaba al final de cada jornada a razón de 5 euros la hora», denunció ante la responsable de Inspección de Trabajo una de las dos afectadas por la actitud de este hostelero.

A pesar de lo complejo de este procedimiento judicial, no es el único al que se enfrenta el empresario gijonés que ya ayer se vio obligado a reconocer ante los tribunales la improcedencia del despedido de un trabajador al que debía el pago de varios salarios mensuales.