C. JIMÉNEZ

El día del antiguo alumno en el Colegio de la Inmaculada se convirtió en un nuevo baño de masas para la olímpica Ángela Pumariega, «alumna distinguida 2012», y primera fémina en la historia del centro que recibe este reconocimiento otorgado por la Asociación de Antiguos Alumnos, tras «otras 36 brillantes carreras». «El premio de este año no es la medalla de oro de los Juegos de Londres, sino las muestras de cariño y homenajes que he recibido desde entonces», reconocía la joven deportista, que forma parte de la promoción de 2002 del centro, que ayer celebraba sus bodas de bronce.

Fue un compañero de aula y también de los primeros años en la vela, Fran Palacio, quien se encargó de glosar la figura de Pumariega, con quien se preparaba junto al profesor de Gimnasia, Juanma, desde los 16 años, en las propias instalaciones del colegio. «La medalla ha sido un sueño, pero lo realmente importante son los valores del trabajo, el esfuerzo, la ilusión y la tenacidad, porque los sueños sin trabajo son imposibles», reconoció la regatista tras el sonoro aplauso que le tributaron sus compañeros de aula y los veteranos de las promociones de 1952, 1962, y las más jóvenes, de 1977 y 1987. «Parte de esta distinción también es gracias a Fran. Me alegro de que hoy vuelva a ser mi compañero», subrayó Pumariega, quien se mostró «muy orgullosa de formar parte de este colegio», con el doble mérito de que «si este año fueron los Juegos Olímpicos de las chicas», la Asociación de Antiguos Alumnos del centro también optó por premiar una carrera femenina.

A su «espectacular» trayectoria y la culminación reciente de sus éxitos como regatista suma, más allá de lo deportivo, el hecho de «ser ejemplo de tenacidad y lucha», conjugando valores personales como «la prudencia, cercanía y humildad» sin dejar de lado sus estudios universitarios y las obligaciones en la empresa familiar, expuso Palacio.

Curiosamente, Alfredo Alegría, presidente del Club de Regatas, en cuya escuela de vela se formó Ángela Pumariega, también recogía ayer distintivo en la Inmaculada. «Ninguna institución me marcó tanto como este colegio», aseguró. Alegría forma parte de la promoción de 1977, la primera que celebra sus bodas de zafiro (35 años) en el centro, dado que hasta ahora no se convocaba a esos ex alumnos. Durante el acto también fueron nombradas «amigas» de la Asociación de Antiguos Alumnos Gisela Nortes Pérez y Patricia Ruiz Morán, que recibieron la insignia de plata por haber sido colaboradoras habituales en el colegio.

El presidente de la asociación, Antonio Pellico, animó a las cinco promociones reunidas en el acto de ayer a continuar unidos «para ser cada día más fuertes», pues «necesitamos de vuestra complicidad». El padre Antonio España, coordinador de los centros de la Compañía de Jesús en Asturias, aseguró que «tenemos más motivos para alegrarnos de vivir en este tiempo que para quejarnos».